Para una compañía como la nuestra, el asunto de las redes es muy complejo.
Estos días estamos meditando la posibilidad de eliminar de youtube todos los vídeos de actuaciones que hemos ido subiendo. ¿Ponerlos en privado? Ni siquiera.
Como muestras públicas de los trabajos, dejaríamos los que montamos para este blog, que no son -no pueden ser- extensos ni pesados.
Pensamos que no perderemos nada, puesto que si bien hemos subido varios (condicionados por la costumbre del contratante, que exige ver en vídeo lo que ocurre en el escenario) no nos han dado ninguna alegría.
El teatro se hace en el teatro. Ojo y oído, sin interferencias. Verlo es una pantalla es una falsificación.
Otra cosa es hacer un reportaje, una relación de hechos pasados que germinan en el presente de la grabación. El "cómo se hizo", vaya.
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