Rapsodas y cantores. Proponemos poesía en escena. Blog con actualidad, recuerdos y reflexiones de la Compañía. solosilbo@gmail.com Tel en España 976568589 / +34 659641173
El pasado 17 de abril, fallecía José María Barceló, poeta y amigo de esta casa.
José María Barceló
En su libro Antífonas para un cántico, Magdalena Lasala lo presentaba así:
José María Barceló Espuis nació en Tarragona en 1943. Terminados sus
estudios técnicos superiores en la Universidad de Barcelona, reside en
Zaragoza desde 1970. Desde 1989 trabaja poniendo toda su formación
humanista y capacidad organizativa en la gestión cultural a través de la
Obra Social de Ibercaja y otras actividades.
Barceló y Cristóbal Montes, 2008
En
1998 publica su primer poemario Los círculos del tiempo (Colección
Devenir, Madrid) donde reflexiona sobre la vida y el olvido obteniendo
el reconocimiento de la crítica nacional y regional. Fue traducido al
árabe y publicado en El Cairo por la Institución Universitaria
Internacional para las Civilizaciones. En 2002 presenta el poemario
Hacia la mar de Ítaca (Huerga & Fierro, Madrid) en el que, desde la
libertad de la persona despojada de todas sus ataduras, abre una nueva
vía de conocimiento poético para acceder a espacios superiores y
comprender algo más el por qué del ser y estar aquí. Antífonas para un
Cántico es un poema en el que el deseo de encontrarse con la divinidad
es tan fuerte como inalcanzable.
Colabora en revistas especializadas con
la publicación de poemas, ensayos, relatos y diversos artículos. Como
reconocimiento a su labor recibió el año 2005 el Premio «José María
Savirón a la Divulgación Científica». «Antífonas para un cántico» —voz
esencial del poeta elevado por el «candor de quien espera» al fulgor del
que ya conoce «la luz de tus moradas»— es la pregunta eterna del ser,
transmutada en la supervivencia que otorga aguardar por siempre una
respuesta.
Para nosotros, Barceló era uno de los poetas metidos en aquella "santa casa", como él llamaba al edificio de la Pza Paraíso. Otro de aquellos poetas, también desaparecido, era Alberto Sánchez, enciclopédico y cordial. La conversación con José María siempre rondaba la Historia y, dentro de ella, la poesía. Estrechamos la amistad el día que trajo a Zaragoza a uno de los más grandes juglares españoles, Javier Tárraga y su Girovago, para cantar romances moriscos con imágenes pintadas y proyectadas. Cuando Barceló llevaba al Salón Aragón alguna actividad escénica, se le veía preocupado. Tenía un sobrepeso de responsabilidad. Se arriesgaba, porque cualquier salón de la sede central de Ibercaja es muy confortable para el espectador pero no es un teatro. Sin embargo, de aquel día recordamos la exultante felicidad de Barceló tras la ovación que recibió el juglar granadino. Antes, habíamos compartido algunas angustias, como el escenario angosto para el montaje. Pero su mayor preocupación era por el público, ese público selecto que tienen ciertas instituciones y al que no conviene incomodar. Que le reprochen a uno la falta de decoro o la impostura de los artistas, puede ser el epílogo no deseado de la obra. A lo largo de los años hicimos varias intervenciones bajo la batuta de Barceló: clausuras del Certamen Literario para Personas Mayores, sesiones de Poesía en el Campus, etc.
Barceló, Magdalena Lasala y Luis Felipe grabando Antífonas fugadas. 2007
Fue asiduo participante en las sesiones de Poesía con acento de América que organizábamos en el CC Terminillo, y lo tuvimos como poeta en el ciclo Los poetas tienen la palabra que se celebró en el Pabellón de Zaragoza, cuando la Expo. Una de las últimas veces que lo vimos poniendo su pensamiento en acción fue en la presentación del Glosario Filosófico de Ángel Cristóbal Montes. Uno de esos actos a los que se acude sólo por disfrutar de la oratoria. Queden en el recuerdo las conversaciones en torno a los sefarditas, a Salvador Espriu, o al Camino de Santiago que tanto le reconfortaba espiritualmente. En este vídeo, sus versos: