La semana pasada, Boniface Ofogo Nkama, conocido entre amigos y seguidores como "el Boni", acudía invitado al Simposium Internacional de Contadores de Historias que se celebra en Río de Janeiro y Ouro Negro, pero no fue admitido en Brasíl y fue devuelto a España. Copiamos estas líneas de su blog:
"El viernes 23 de julio, viajé a Brasil para participar al Simposio de Oralidad de Río de Janeiro, que dirige Benita Prieto, y para presentar la edición brasileña de mi libro "El león Kandinga". Antes de viajar, el Consulado de Brasil en Madrid me aseguró que, como ciudadano camerunés, no necesitaba visado para viajar a Brasil. Al llegar allá, la Policía Federal me expulsó de vuelta a Madrid.Tras un intento infructuoso de permanecer en el aeropuerto mientras Benita Prieto gestionaba un permiso especial, fui escoltado por la policía, hasta el último asiento del avión, ante la mirada de mis 260 compañeros de viaje. En la escala de Lisboa, la tripulación del avión me 'entregó' a la policía portuguesa. Al comprobar que mi pasaporte estaba lleno de visados y que yo soy un artista, la policía portuguesa me trató con más comprensión y humanidad." El hecho ha causado indignación en la comunidad latina de narradores orales y, desde este blog, nos sumamos a las protestas por las circunstancias en que se produjo este grave atropello. Para seguir la noticia:
"El viernes 23 de julio, viajé a Brasil para participar al Simposio de Oralidad de Río de Janeiro, que dirige Benita Prieto, y para presentar la edición brasileña de mi libro "El león Kandinga". Antes de viajar, el Consulado de Brasil en Madrid me aseguró que, como ciudadano camerunés, no necesitaba visado para viajar a Brasil. Al llegar allá, la Policía Federal me expulsó de vuelta a Madrid.Tras un intento infructuoso de permanecer en el aeropuerto mientras Benita Prieto gestionaba un permiso especial, fui escoltado por la policía, hasta el último asiento del avión, ante la mirada de mis 260 compañeros de viaje. En la escala de Lisboa, la tripulación del avión me 'entregó' a la policía portuguesa. Al comprobar que mi pasaporte estaba lleno de visados y que yo soy un artista, la policía portuguesa me trató con más comprensión y humanidad." El hecho ha causado indignación en la comunidad latina de narradores orales y, desde este blog, nos sumamos a las protestas por las circunstancias en que se produjo este grave atropello. Para seguir la noticia:
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