Berta Singerman
Nació en Rusia; su familia, judía y militante contra el zar, fue perseguida y empezó nueva vida en Buenos Aires. Desde niña, Berta participó en los teatros en yidish porteños; también estudiaba y atesoraba un repertorio de poesías que causaba sensación cuando recitaba.Asistía a la tertulia Anaconda, donde oficiaban Alfonsina Storni y Horacio Quiroga. Se casó muy joven con el ajedrecista, traductor y empresario Enrique Stolek, quien se dedicó, desde la década de 1920, a la promoción de sus recitales.
La primera gira comenzó en el interior de Argentina y siguió por Uruguay, Chile, Perú y Bolivia. En esos primeros viajes, hicieron amistad con poetas que comenzaban a desligarse de la corriente modernista, como Gabriela Mistral, Juana de Ibarburu y Pablo Neruda.
“(...) Siendo una hermosa adolescente, dio en Montevideo sus primeros recitales (…) nuestro público se enamoró de ella. A toda América y a muchos otros países les pasó lo mismo (…) sigue con la misma fina belleza, la misma voz prodigiosa con todos los registros de la tragedia y el drama, de la poesía y la música, de los múltiples sonidos y la gracia total! Yo no puedo hablar de Berta como un ser de excepción, sino de milagro".
(Juana de Ibarburu)"Marcha Triunfal" fue una de sus creaciones más aplaudidas. Y, en su repertorio de primera hora, los otros modernistas: Martí, Santos Chocano, Lugones, María Monvel, Asunción Silva...
Podemos suponer el alcance de su trabajo para todo público, gracias a los discos y la radio
Los autores emergentes de cualquier país americano llegaban pronto a su mesa de lectura. Y combinaba poetas clásicos españoles, como el Arcipreste de Hita, o Lope de Vega, con notables autores de otras lenguas, como Poe, Baudelaire, Kiplin o Whitman. Esto al menos es lo que se recoge en las críticas, programas de mano y grabaciones de las décadas 20 y 30, donde hay muestras de autores futuristas, como el peruano Juan Parra del Riego. También se serviría del costumbrismo y la poesía dialectal española: Medina, Gabriel y Galán, Chamizo.
En esta primera etapa de su lanzamiento, personajes influyentes de la intelectualidad americana potenciaron su figura, entre ellos los mejicanos Alfonso Reyes y José Vasconcelos. En su segunda gira americana llenó la plaza de toros de México.
" (...) Fue magnífico el espectáculo que ofreció usted cautivando diez mil almas ávidas que unánimes le agradecían la revelación de maneras (sic) de belleza insospechadas. Su voz, clara y sinuosa, como trompeta de fama, dejó la gloria en algunos versos; en otros se hacía rugido que desenfrena pasiones; cantó otras veces o dejó ternuras con acentos que deshacen todo el ser. (...)"
(José Vasconcelos
Ministro de Bellas Artes de México)
En la Edad de Plata española
Su meteórico triunfo en América les llevó a intentar el sueño de actuar en Madrid. Hacia 1925 fueron a Portugal, donde quedaría Berta representando en Lisboa, mientras Stolek viajaba a Madrid . Allí se entrevistó con Julio Álvarez del Vayo -corresponsal de La Nación de Buenos Aires en España- que abrió las primeras puertas. Rivas Cheriff y Díez Canedo abrirían pronto otras.
Ramón J. Sender, relató en una crónica de 1925 el fervor
generado tanto por su repertorio, como sus formas interpretativas,
especialmente su plasticidad. El crítico se empleó también en consideraciones
acerca de la recepción poética según sea leída o escuchada, como en el caso de
Singerman, con «el valor fonético, sensorial de la frase».
Viajó a España en muchas ocasiones, en la primera incorporó al repertorio a Juan Ramón, a Manuel y Antonio Machado, a Valle Inclán, entre otros contemporáneos. Reinaba Alfonso XIII, quien la distinguió cuantas veces pudo desde que la vio actuar en Salamanca recitando a Fray Luis de León, en los fastos de su 400 aniversario del natalicio.
Pero en el país mandaba el general Primo de Rivera. A su dictadura se enfrentaban aquellas generaciones de escritores y científicos que confluían en las primeras décadas del siglo y que hoy llamamos Edad de Plata de la cultura española. Cuando Berta Singerman era ya reconocida en España, se entrevista con Unamuno, desterrado en Hendaya. Con ese tipo de gestos declaraba sus principios.
Ofrecía al público distintos programas, unos variados, otros de autor único. Incorporaba habitualmente algún monólogo teatral y alguna canción.
“Dueña de una justa figura, de su perfecta actitud, de su gesto acorde, de su expresión bellísima, de su gracia diferente, de su voz inverosímil, de su completa emoción”.
(Juan Ramón Jiménez)En cierta ocasión, presentaba en el Teatro de la Comedia de Madrid un recital donde se alternaban poemas de Antonio Machado y de Juan Ramón Jimenéz. Berta comienza con la firmeza de quien sabe que el material a exponer es de oro. Recita, por ejemplo, "Yo voy soñando caminos..." de Machado, recita "La cojita" de Juan Ramón y nota que pasan cosas raras en la platea, en los palcos, en el gallinero... En efecto, era cierto lo que le habían advertido: machadianos y juanramonianos mostraban su disconformidad con los poemas del otro. Esto sucedía hacia el año 1935.
Pensamos que Machado no asistiría (La mayor tortura a que se me puede someter es la de escuchar mis versos recitados por otros).
En distintos momentos de su vida fue "musa", así declarada por Valle Inclán, Juan Ramón Jiménez, León Felipe, o Alejandro Casona. Alejo Carpentier fue uno de sus eternos enamorados imposibles.
"(...) En cada generación volvía el rapsoda y cantaba; volvía el juglar y contaba; volvía el actor y representaba. Y así siempre. Hasta que por fin llegó una mujer extraordinaria que se atrevió al mismo tiempo a cantar, a contar y a representar, fundiendo en una sola las tres voces melódicas para ofrecer al pueblo la Poesía Total. Esa mujer fué Berta Singerman".
(Alejandro Casona)
Además de actuar por muchas ciudades de la Península (las giras a veces llegaban a otras capitales europeas) también se involucró en el proceso de renovación teatral cuando, hacia 1926, colabora en la gestación de El Mirlo Blanco con Rivas Cheriff, Valle, Azaña, los Baroja... Hacia 1931 graba su voz para el Archivo de la Palabra que dirigía Navarro Tomás.
Al finalizar la gira de 1935 por la Península, poetas y amigos la despiden con un banquete en Madrid. Allí, Federico García Lorca le brinda -en primera lectura pública- el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Berta quiso incorporarlo inmediatamente a su repertorio. Pero le resultaba difícil trabajar con los poemas escuchados a Federico, no encontraba su propia voz y debía dejar pasar un tiempo...
En Ecuador -años 40- muchas recién nacidas eran bautizadas con el nombre de "Berta Singerman". En los países caribeños el público exageraba su amor a "la lira viviente" y arrojaba al escenario abanicos, bolsos, sombreros...
Stolek no echaba de menos una residencia fija y encadenaba una gira tras otra. Mimaba a su diva, de la quien era, a más de esposo, su agente y secretario; entre sus funciones más delicadas se encontraba la de leer primero las cartas dirigidas a Berta, para evitar alteraciones de ánimo. Episódicamente se veían involucrados en los entresijos políticos de tal o cual país.
Muchos dramaturgos y poetas escribieron para ella. Vaccarezza le dio, y ella hizo célebres, los Pregones de Buenos Aires, maravillosas pinceladas en hexasílabos de la geografía humana porteña.
Protagonizó algunas películas en Argentina y en Wollywood, así como teatro de autores contemporáneos. Dirigió obras y proyectos en torno al teatro de cámara; editó libros con los poemas de su repertorio; y, en 1982, apareció una suerte de memorias: Mis dos vidas.
Periódicamente aparece un artículo en la prensa de aquí o de allá, siempre con recuerdos encomiásticos.Es fácil encontrar referencias de Berta en enciclopedias de todo tipo, en ensayos literarios, o en biografías de, sobre todo, escritores.
Stolek murió en 1972 y Berta siguió dando recitales hasta años cercanos a su muerte en 1998. La última crítica en Madrid la firmó Haro Tecglen en 1990.
Al finalizar la gira de 1935 por la Península, poetas y amigos la despiden con un banquete en Madrid. Allí, Federico García Lorca le brinda -en primera lectura pública- el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Berta quiso incorporarlo inmediatamente a su repertorio. Pero le resultaba difícil trabajar con los poemas escuchados a Federico, no encontraba su propia voz y debía dejar pasar un tiempo...
Poesía para la América entera
Cuando salía de Europa retomaba sus giras por América. Con Stolek siempre un paso por delante, llenaba todos los teatros, plazas de toros y espacios monumentales donde actuaba en solitario. Recitó todo un repertorio en castellano ante grandes auditorios brasileños y estadounidenses, como el Carnegie Hall, donde pocos entendían su idioma.En Ecuador -años 40- muchas recién nacidas eran bautizadas con el nombre de "Berta Singerman". En los países caribeños el público exageraba su amor a "la lira viviente" y arrojaba al escenario abanicos, bolsos, sombreros...
Stolek no echaba de menos una residencia fija y encadenaba una gira tras otra. Mimaba a su diva, de la quien era, a más de esposo, su agente y secretario; entre sus funciones más delicadas se encontraba la de leer primero las cartas dirigidas a Berta, para evitar alteraciones de ánimo. Episódicamente se veían involucrados en los entresijos políticos de tal o cual país.
Muchos dramaturgos y poetas escribieron para ella. Vaccarezza le dio, y ella hizo célebres, los Pregones de Buenos Aires, maravillosas pinceladas en hexasílabos de la geografía humana porteña.
Protagonizó algunas películas en Argentina y en Wollywood, así como teatro de autores contemporáneos. Dirigió obras y proyectos en torno al teatro de cámara; editó libros con los poemas de su repertorio; y, en 1982, apareció una suerte de memorias: Mis dos vidas.
Periódicamente aparece un artículo en la prensa de aquí o de allá, siempre con recuerdos encomiásticos.Es fácil encontrar referencias de Berta en enciclopedias de todo tipo, en ensayos literarios, o en biografías de, sobre todo, escritores.
Stolek murió en 1972 y Berta siguió dando recitales hasta años cercanos a su muerte en 1998. La última crítica en Madrid la firmó Haro Tecglen en 1990.
"Soy intérprete, ese es mi oficio. Le devolví la poesía al pueblo. Saqué la poesía de los libros a los que solo accedían minorías selectas".
(Berta Singerman)
Esta es, someramente, una de las biografías posibles. En los siguientes artículos pondremos lo escrito en relación con argumento, diálogos y acción de Vuelve Berta Singerman.