25 de julio de 2016

Blas de Otero, del tormento místico a la voz del pueblo. Por Antón Castro

Antón Castro escribió este artículo sobre Blas de Otero, publicado el pasado sábado en Heraldo de Aragón, coincidiendo con el XV Festival Internacional de Poesía "Moncayo". Lo tomamos de su blog: antoncastro.blogia.com . Acompaña el artículo de varias fotografías. Reproducimos aquí la que hizo Asunción Carandell en Colliure y que Antón toma del archivo de Alfredo Castellón.

Blas de Otero, del tormento místico a la voz del pueblo 

Blas de Otero o la poesía para todos

El autor de ‘Pido y la paz y la palabra’ es homenajeado en su centenario (1916-1979), hoy en Veruela, por El Silbo Vulnerado


Antón CASTRO

Blas de Otero es autor de la poética más breve de todos los tiempos: «Escribo / hablando». También observó: «Hundí las manos en el fondo de las palabras». Y ensayó esta breve biografía: «Mi terquedad es indomable, dirigida siempre hacia los cuatro puntos cardinales de mi vida: el arte, la mujer, la justicia y pasear por la calle». El arte, esencialmente, fue la literatura, y más en concreto la poesía. La mujer es la llama constante de su producción: el amor y el desamor, el cuerpo del deseo carnal, el faro y el sueño que persiguió y que encontró en Concha Quintanar, en la cubana Yolanda Pina y en Sabina de la Cruz. La justicia fue una profesión más que una vocación y también una pesadilla. Un quiero y no puedo que le ayudó a sobrevivir; como cosa curiosa, en 1935 se licenció en Derecho en Zaragoza, ciudad donde publicaría ‘Mientras’ (Javalambre, 1970) y donde lo retrataría Joaquín Alcón, y donde ha tenido lectores y glosadores entusiastas como Ángel Guinda y José Luis Melero. ¿Y pasear por la calle? Poeta con Dios en un principio, poeta del yo luego, acabó sintiéndose poeta del oído y de la música del idioma, poeta del nosotros, y buscó en los bares, en los mercados, en distintos paisajes españoles la voz de la gente, el desgarro de existir y el sentir del pueblo.

Blas de Otero, que nació en Bilbao hace ahora un siglo, fue un hombre atormentado, inclinado a la duda y a las depresiones. Nieto de un hombre que tenía barcos y de otro que era médico, su casa fue su refugio y el santuario inicial de la seguridad y la imaginación, donde contó con una mademoiselle, Isabel, a la que cantó en varias ocasiones. Estudió en Jesuitas y se sintió el habitante de una cruel pesadilla. Las cosas no iban demasiado bien para los suyos, y la familia se trasladaría a Madrid. Siendo un adolescente, se murió su hermano y poco después su padre. Cuando se repasa su biografía, parece un constante ir y venir, un desacomodarse febril, y eso le deja herida y hemorragia en su interior. Aprobó letras, dio clases particulares, combatió en los dos bandos en la Guerra Civil. Después, en 1941, trabajó como asesor jurídico y dos años más tarde se trasladó a Madrid para cursar Filosofía y Letras. Soñó entonces ser «un poeta profesor», pero la universidad lo decepcionó. Volvió a Bilbao con un gran sentimiento de culpa: había dejado a una de sus hermanas al frente del negocio familiar y estaba seriamente enferma. Intentó relevarla y lo hizo un tiempo hasta que sus contradicciones fueron tan intensas que se autoexilió en París.



1959. Visita a Collioure, a la tumba de Machado. Arriba, por la izquierda Blas de Otero;  . Con ellos están: J. A. Goytisolo, Ángel González, José Ángel Valente y el zaragozano Alfredo Castellón. Abajo: Gil de Biedma, Costafreda, Carlos Barral y Caballero Bonald. Foto: Asunción Carandell (Archivo Alfredo Castellón)

Para entonces ya era poeta: había pertenecido a círculos católicos, había escrito su ‘Cántico espiritual’, de claro influjo místico y con perfecto dominio de la métrica española. Era un joven inseguro, un náufrago en el centro de su angustia, y ya había ensayado pasos más hondos y estremecedores, más humanos con dos libros: ‘Ángel fieramente humano’ (1950) y ‘Redoble de conciencia’ (1951), que reaparecerían en 1958 en un solo tomo, ampliado: ‘Ancia’, uno de esos libros que anuncian a un poeta mayor. El poeta que pasa del diálogo con Dios al diálogo consigo mismo y que ya intuye que está a punto de descubrir una nueva actitud: el compromiso, la solidaridad, la firmeza de la poesía social, que cristalizará en otros títulos claves como ‘Pido la paz y la palabra’ (1954) y ‘Que trata de España’ (1964).

Blas de Otero era un poeta que había asimilado muchas lecturas: desde Rosalía de Castro a Juan Ramón Jiménez o Lorca, desde Pablo Neruda y César Vallejo a Walt Whitman. La experiencia parisina le cambió la vida: amó a Tachia Quintanar, actriz y rapsoda, y novia de García Márquez durante casi un año, se hizo marxista y se afilió al Partido Comunista. Preso de la nostalgia regresó a España y se curó recorriendo Castilla y sus pueblos, aquel viaje era como el autosacramental del peregrino en su patria. El militante comunista, que tuvo muchos problemas de censura, viajó en 1960 a Rusia y a China; en 1964 se trasladaría a La Habana, donde contrajo nupcias con Yolanda Pina, y finalmente regresó a Madrid en 1967. Se reencontró con una amiga de juventud, la profesora Sabina de la Cruz, y vivieron felices. Blas de Otero alcanzó la plenitud como enamorado, como hombre y como poeta.

Este mismo año aparecía en Galaxia Gutenberg la edición en rústica de ‘Obra completa (1935-1979), de 1274 páginas, en edición de Sabina de la Cruz y Mario Hernández. Y hoy, a los pies del Moncayo, en el XV y último Festival Internacional de Poesía de Veruela, se le rinde un homenaje a cargo de El Silbo Vulnerado con ‘Aquí tenéis’. Luis Felipe Alegre, su director, recuerda el consejo del poeta: «En 1977 me acerqué a él y le pedí consejo para recitar ‘Hombre’. Lo recitamos ambos y luego sentenció: “sigue las reglas y trabaja los encabalgamientos. Escucha a Pío (Fernández Cueto). Mis sonetos los puedes recitar como quieras, hasta gritarlos. Pero no recites para los círculos literarios, porque esa es la minoría de siempre y la poesía debe llegar a todos”». En la función se escenificará uno de sus poemas claves: ‘A la inmensa mayoría’. Quizá su poética más rotunda. 

22 de julio de 2016

Aquí tenéis: Festival de Poesía 'Moncayo'


Lo estrenamos la semana pasada en el Teatro de la Estación, dentro del festival ZGZ Escena. Ahora mismo, salimos para el Moncayo. 

Escribo y callo.

Hace unos minutos, hemos leído en la versión digital de Heraldo que Trinidad Ruiz Marcellán ha hecho pública su decisión de que esta edición del Festival Internacional de Poesía "Moncayo" sea la última. 
No encuentro palabras para expresar los sentimientos encontrados ante esta noticia. Desde 2002 hemos acudido a varias ediciones y algunos de los espectáculos que hemos llevado a escena estos últimos años nacieron por iniciativa del Festival.
Conocemos de sobra las dificultades para que una idea se transforme en iniciativa, dé cuerpo a un proyecto, se concrete en una realidad y, finalmente, se desarrolle en el tiempo. Este ha sido un ciclo de 15 años. La muerte de Marcelo Reyes ha convertido al Festival en una carga insoportable para Trinidad.

Escribo y callo.

Fuimos discutiendo y bromeando con la organización desde el primer año. Espero que este fin de semana sea capaz de no quejarme por nada y se me ocurra alguna gracia que temple los ánimos de Trini y sus fieles (Guinda, Forega, Alime, Luigi, Guillén, David, Mena, Antón, Porras...) Es una obligación que me impongo, porque el juglar también debe tener su poquito de bufón.

Por ahora, repitamos el verso de Blas de Otero:

Escribo y callo.

Luis Felipe

Aquí tenéis Blas de Otero. En el Teatro de la Estación.




21 de julio de 2016

Voces e imágenes de las Noches de Juglares, 2016

Elisa Serna. 
Participó en el mítico Castañuela 70. Formó parte de Canción del Pueblo. Sufrió represalias por cantar lo que cantaba. Se dejo invadir por las músicas del mundo y conformó una obra singular. Luchó por abrir espacios discográficos a las mujeres y su música. Abanderada de luchas necesarias. Talento y osadía...Elisa Serna!

Aquí, En la mina el Tarancón



Cuarteto Guanaroca son Arelys Espinosa, Dolores Miravete, Susana Ratón y Elena Prieto. Voz: Alicia Fernández. 
Una osadía musical en Zaragoza. Fusión de clásica con música popular. 

Aquí una canción de Osvaldo Farrés:




Julia León. Pionera del movimiento feminista madrileño en los 70. Primeros pasos en Canción del Pueblo. Pasión teatral. Tomó alas con los cancioneros: tradicional, infantil, sefardita... 

Aquí el Romance del prisionero, con una estrofa de Chicho SF entre medio.




Luigi Maráez y Alime Hüma.  Viajeros de un mundo con epicentro en Bécquer donde esculpir es cantar. Canto profundo, eco sutil.

Aquí versos de las galerías machadianas:



Joaquín Carbonell, Gran Bob y David Giménez: Los Tres Norteamericanos. En su puesta en escena, humor rima con canción.

Aquí, Tu Vuò Fa' L'Americano:




A dos orillas: Encarni Corrales, Patricia Badián y Alejandro Montserrat. Compartiendo cadencias y emociones.

Aquí su versión de María Landó, un clásico peruano:






Ludmila Mercerón. Filin, simpatía, nervio. 

Aquí, uno de sus grandes boleros:



Faya Tess: voz. Albert Gaien Madoka: guitarra. Y Ludmila, como pianista invitada.

Canciones venidas del Congo. Aquí, una de ellas:



No tenemos registro videográfico de los que no cantaban, o sea de Leo Marín, Marta Zapata y Aloma Rodríguez. Tampoco fotos decentes. 
Queden en la memoria sus voces y sus gestos.







6 de julio de 2016

Blas de Otero: 'Aquí tenéis'



Este jueves, 7 de julio, vamos a hablar de la poesía de Blas de Otero (Bilbao, 1916- Madrid, 1979) en el ciclo 'He venido a hablar de mi libro' que dirige Lourdes Serrano Berdascas. Será en el Pasaje A/Mart,e sito en Avenida de Madrid 7/9 local 18 (junto a Casa Emilio).

Recitando a Blas de Otero en el IES Blas de Otero. Madrid, 2016
El libro elegido no podía ser otro, ya que "mi libro" es Obras Completas de Blas de Otero desde el 21 de abril. Ese día estuve en el IES Blas de Otero de Madrid y me lo regalaron, muy oportunamente, pues las completas salieron hace tan solo tres años, en plena crisis.

Desde entonces ha sido "mi libro", un libro que necesitaba para certificar los poemas originales que fueron publicados en su día con desquiciantes cortes y "correcciones" de la censura.

No quiero pensar en las barbaridades que decíamos en 1974, cuando hacíamos Mitin Poético con una parte de León Felipe y otra de Blas de Otero. Porque, si bien la Antología Rota de León Felipe era el libro más perseguido, al menos Losada había sacado una edición canónica en Argentina. Pero en los libros del bilbaíno se leían versos como este:

"...por todos los que sufren en la tierra despachurrando el contador."

Cuando el poeta había escrito:

"...por todos los que sufren en la tierra sin que les haga caso Dios."

En fin, estas cosas abonaban el campo de los contrarios a la "poesía social", capaces de ridiculizar hasta el nombre del poeta ("Blas de hortero" se decía en los mentideros). ¿Era hosco nuestro hombre? ¡Y qué menos!

Muerto el Dictador, los censores se resistían todavía a la libre circulación de su poesía. Conservamos varios poemas prohibidos en el año 76, como el "Atestado" que acompaña estas líneas.

Bueno, pues el jueves quedo a disposición de Lourdes Serrano para hablar de Blas de Otero, de sus etapas poéticas, circunstancias biográficas, etc. Y, si viene al caso, recordaré una conversación con el poeta en el año 77.

Tras la charla, advierto, desconectaré para concentrarme en el estreno de Aquí tenéis -Blas de Otero- que tendrá lugar en el Teatro de la Estación, el 14 de este mes, a las 7.30 de la tarde, dentro de Zgz Escena.



Me acompañará en escena Dolos con el violoncello. Manolo Gálvez y Rafi Encuentra se ocuparán de las cuestiones técnicas, entre ellas el pase de las diapositivas con los títulos y citas de los poemas que se recitan.

Y, sí, diapositivas. Estáticas, ideales para escena: proyectables sobre cualquier color y casi cualquier superficie. Una solución limpia para que el público no pierda el referente, pues en un espectáculo no siempre casa enunciar los títulos con la dinámica escénica. Eso lo discutimos, cuando el Más margen, malditos!, con Leopoldo Mª Panero, lo comenzamos a experimentar con los libros-objeto de Helena Santolaya en El traficante de palabras (textos de Leopoldo) y lo seguimos haciendo en Memoria de Borges, etc.

Aqui tenéis es otro de los gratos encargos que nos ha ido haciendo en los últimos años Trinidad Ruiz Marcellán para clausurar el festival que organiza cada verano la editorial Olifante, el Festival Internacional de Poesía Moncayo. Esta edición también recordará a Marcelo Reyes, evocado en libro.Y allí estaremos el día 23 interpretando una amplia selección de sonetos, entre otros textos.



Las actuaciones no serán iguales. Aquí tenéis se alarga en el Teatro de la Estación y se condensa en la iglesia del monasterio de Veruela.

En esta propuesta echaremos de menos a Carmen Orte, magnífica intérprete de las versiones musicales de Paco Ibáñez ("En el principio", "Me llamarán..."), de Soledad Bravo ("Campo de amor") y de Goyo Maestro ("A la inmensa mayoría")...

Y, aunque no sea el espectáculo completo, Blas de Otero tendrá un protagonismo especial en la actuación del día 8 de septiembre, en Logroño. Allí se celebra el XXVII Congreso de ASELE (Asociación para la enseñanza del español como lengua extranjera) y allí estaremos de la mano de Iberlingva y su programa "Juglares en Acción".

En este caso, la actuación será compartida con el cubano Alexis Díaz Pimienta, que con su maestría está revitalizando el interés por la poesía improvisada, por la Oralitura.

Oralitura era también el norte de Blas de Otero: "Escribo / hablando.", "La poesía señores/ no solo en los libros imprimamos/ en el aire/ el aire es el papel más transparente."  

Alexis va más lejos y, entre bromas y veras, proclama el poder de los juglares y pide fundar la rapsocracia, como escuchamos en este vídeo:


Seguiremos hablando de estos asuntos, de nuestras cosas.

Luisfelipe