Carlos Colás es, desde hace años, el fotógrafo por excelencia de los márgenes artísticos de la ciudad.
El mes pasado hicimos Poesía Memorable en 1796 Lithocirkuit. El taller tiene un teatro de cámara que recuerda al Mirlo blanco de los Baroja. El espacio se desbordó de público, la mayoría artistas visuales, pero también músicos, pinchadiscos y titiriteros.
Me sorprende cómo pudo Carlos revolverse en la salita para sacar esta serie de retratos. Gracias.
Cartel: Sol Barbini |