27 de mayo de 2010

Rayo, viento y ausencia en Tarazona


La compañía El Silbo Vulnerado presentará el próximo viernes, 28 de mayo, en la localidad zaragozana de Tarazona, el espectáculo de poesía 'Rayo, viento y ausencia', dedicado a la figura y la obra de Miguel Hernández.

La representación se celebrará en el Teatro Bellas Artes de Tarazona, a las 20.30 horas, y ha sido organizada por Ayuntamiento turiasonense, Comarca de Tarazona y el Moncayo, Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y Gobierno de Aragón.

La compañía lleva la poesía de Miguel Hernández al escenario del teatro turiasonense en una función dividida en tres partes: Rayo (poesía amorosa), Viento (poesía de guerra) y Ausencia (poesía en prisión).

El precio de las entradas para disfrutar de la obra, que forma parte de la programación de la Red Aragonesa de Espacios Escénicos (RAEE), es de 6 euros.
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23 de mayo de 2010

Última función en las Bibliotecas

Ayer, sábado 22 de mayo, tuvo lugar en la Casa de la Lectura de la Biblioteca Julio Cortázar la última función del recital Rayo, viento y ausencia de Miguel Hernández en las Bibliotecas de Buenos Aires. La función de anoche fue especial, porque era la última en las Bibliotecas, y porque asistió Adolfo González, el hijo de Raúl González Tuñón. Esta noche, a modo de despedida, El Silbo Vulnerado presenta el recital en el Teatro del Astrolabio (Terrero, 1456).





Fotografías del recital en la Casa de la Lectura tomadas por Marcela Fraiman.


Alejandra Ramírez, Luis Felipe Alegre, Carmen Orte y Adolfo González. Fotografía de Aloma Rodríguez.

22 de mayo de 2010

Bibliotecas en la televisión




El canal de televisión dependiente del Gobierno Municipal de Buenos Aires realiza un programa semanal para difundir el conocimiento de las bibliotecas. Durante media hora, un artista o escritor invitado recorre las instalaciones de una determinada biblioteca mientras habla de libros y autores.
Ayer, el invitado fue Luis Felipe. El programa se rodó en la Biblioteca Ricardo Güiraldes y, claro, Luis Felipe habló de Miguel Hernández e interpretó, acompañado por Carmen Orte, algunos de sus poemas.
A lo largo del programa, Luis Felipe tuvo ocasión de ensalzar la función de las bibliotecas, “que son como la casa de mamá, que sigue guardando cosas viejas, por si algún día le son útiles a sus descendientes”, pero también reivindicó la creación de una sección de fonoteca para poder escuchar a los autores en su propia voz, o a los intérpretes de poesía. Sobre esto último, el actor realizó un canto a la función de los juglares modernos como difusores de poesía, citando a compositores argentinos como Cortez, Sergio Aschero, o el Tata y su Cuarteto Cedrón.

Miguel Hernández recordado por Raúl González Tuñón


Hace unas semanas hablábamos en Cienfuegos con Jesucristo Riquelme y con Miguel Cañellas de la importancia que el poeta argentino Raúl González Tuñón pudiera haber tenido en el viraje estético y temático de Miguel Hernández.
Ahora, en Buenos Aires, ponemos el tema sobre la mesa de Jorge Fondebrider. Y el erudito alarga su mano hacia un estante de su biblioteca y nos pone en las manos las Conversaciones con Raúl González Tuñón, donde Tuñón, en los meses inmediatos a su muerte en 1974, relata sus recuerdos a Horacio Salas.
Dado que el libro lleva años agotado, queremos compartir aquí los párrafos donde Tuñón recuerda a Miguel Hernández.

(…) Esa misma mañana nos comunicamos telefónicamente con Federico García Lorca y Neruda, éste era cónsul en Madrid en aquel momento. A los dos los habíamos conocido el año anterior en Buenos Aires y García Lorca nos llevó a un almuerzo en honor de Vicente Aleixandre, festejando la publicación de La destrucción o el amor. Se hallaban en ese día inolvidable, además de los nombrados, Enrique Diez Canedo, Manolo Altolaguirre, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo y Juan Panero y otros. Cuando ya estaba por comenzar el almuerzo llegó Miguel Hernández, con su traje de pana y su cara bronceada. “De patata recién sacada de la tierra” como decía Neruda. Después con Miguel Hernández habríamos de establecer una gran amistad y una total coincidencia.

(...)

Mirá, por ese tiempo Neruda dirigía la revista Caballo verde, con resabios surrealistas. Aunque no era lo que se puede decir un artepurista, estaba entonces al margen de toda idea de poesía comprometida como se dice ahora, aunque siempre la hubo. Miguel Hernández, que había sido estimulado por él y por Aleixandre a su llegada de Orihuela, y también por el grupo de católicos de izquierda de la revista Cruz y Raya encabezado por José Bergamín, ya había hecho conocer los poemas de El rayo que no cesa. Continuaba la línea de una retórica muy brillante. (“Extraordinario muchacho de Orihuela”, como lo había designado Juan Ramón Jiménez), pero trabajaba dentro de formas tradicionales hispánicas. El me oyó discutir alguna vez con Neruda. Yo estaba muy dolido por el drama de la cuenca minera, ecos trágicos de la tremenda represión llegaban todavía en forma casi diaria a Madrid y, por boca de la Pasionaria, yo conocía muchos detalles de esa represión y del levantamiento de pocos meses antes. Yo reiteraba aquellas palabras de Jacques Roumains, el gran poeta haitiano a quien luego conocería en París y que es autor de la novela para mí más bella y conmovedora de América Latina, de nuestras Américas: Los gobernantes del rocío. La frase es de su ensayo La poesía como arma y expresa: “Hay momentos en la historia del mundo en que la poesía deviene un arma, puede y debe convertirse en un arma.”

Miguel me citó un día a una tabernita cercana a Correos. Tenía los ojos llenos de preguntas. Yo insistía en la posibilidad de una eventual interpretación poética en determinados hechos sociales, y le insistía en que el caso es buscar la forma que corresponda mejor al contenido y hacerlo con la mayor dignidad y autenticidad posible. No sé si aquel día Miguel quedó convencido, aunque más tarde tuve motivos para pensar que sí.

(…)

(A mediados de junio, RGT viaja a París como invitado al Congreso para la Defensa de la Cultura. El siguiente párrafo se refiere a su regreso a Madrid)

En Madrid nos esperaban nuevas emociones. León Felipe obtuvo el local del prestigioso Ateneo para que yo leyera algunos de mis poemas dedicados a la insurrección minera asturiana. Eran los días del bienio negro, como se llamó al gobierno reaccionario del ultramontano Gil Robles; sin embargo el acto se hizo. Allí estaba la mayoría de los amigos de la peña de Correos. Estaban Miguelito Hernández, Neruda. Y (es) uno de los recuerdos más conmovedores, fascinantes de mi vida, junto a otros dos relacionados con Picasso y Bertolt Brecht,

(…)

Otro de los recuerdos inolvidables que guardo de esos días es que a finales de noviembre Federico organizó un banquete en mi honor, en la tasca de siempre, en la calle de la Luna. Allí estaban todos los amigos de la Cervecería de Correos. Fue cuando Miguel Hernández, al final, pasó por debajo de la mesa un papel a Gerardo Diego, con el poema dedicado a mí, totalmente distinto en cuanto a temática, lejos ya del tono elegíaco. Y sorprendió muchísimo a todos. Diego lo leyó subido a una silla. Posteriormente, ese proceso culminaría nada menos que con Viento del Pueblo.

(…)

A poco de llegar a Madrid en 1937, me hallaba en un café con el joven poeta yugoeslavo Milan Jeranci, de las Brigadas Internacionales, y veo de pronto aparecer a Miguel Hernández, del cual yo ya sabía que era comisario político de una brigada. Llegó con su uniforme y los dos nos alegramos inmensamente por el reencuentro y enseguida Miguel sacó unas cuantas hojas de papel de su chaqueta y empezó a leerme sus últimos poemas que luego integrarían Viento del pueblo. ¡Estupendos poemas! Luego, como ya te conté, estuvimos juntos en la inauguración del congreso de Valencia, juntos otra vez en Madrid y juntos nuevamente en Barcelona.

(…)

Pero te sigo: el día de la despedida de Barcelona, con el acto en aquel gran salón de un restaurante típico, pregunté por sus poemas al querido Miguelito y él me dijo que había escrito muchos más y había dado recitales en el frente. Conservo una fotografía donde aparece en uno de ellos, ante soldados atentos y graves. Por la tarde lo acompañé hasta la estación de ferrocarril. Entonces su brigada estaba en el frente de Córdoba y él volvía a reintegrarse. Lo acompañaba Milan Jeranci. La última imagen que conservo es ésta: el tren arranca lentamente. Ellos van en el último vagón: “¡Adiós Raúl!” grita Miguel agitando su gorra miliciana. “¡Adiós!” grita Milan Jeranci agitando una cuchara de palo. “¡Adiós, adiós!” grito yo. Ellos ya no pueden oírme; el tren está lejos.


Raúl González Tuñón


“Para recitar poesía” en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático de Buenos Aires

Como unos días antes se había hecho en la Universidad de Jujuy, en esta semana se celebró el taller “Para recitar poesía” en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático de Buenos Aires.





Se repasaron algunos preceptos que necesita tener presentes el recitador (métrica, entonación, recursos de la voz...), se habló de estéticas literarias y su correspondencia con las declamatorias, y se intentó responder a las inquietudes manifestadas por los asistentes.

En el blog de la EMAD, informaban del taller.

17 de mayo de 2010

Rayo, viento y ausencia en La Multiforme

La Multiforme es un espacio cultural creado y sostenido por vecinos de localidad bonaerense de Munro. Muchas de sus actividades están protagonizadas por los propios ciudadanos, otras por artistas profesionales que muestran su trabajo: Miel de Caña, Laura Brauer, Ariel Prat, De Cerca, o Javier Tárraga han sido algunos de los que han pasado por la sala en el año que lleva abierta. También convocan charlas, asambleas, talleres...
En La Multiforme la línea de acción parece clara:
"Durante el tiempo en que se gestó nuestra idea, fuimos comprendiendo y enhebrando a nuestras experiencias de vida, la importancia que tienen actualmente las organizaciones sociales o no formales en la distribución de un capital cultural alternativo."
Especialmente interesante nos resulta la experiencia teatral que se realiza en la sala. Con Dani Tazzoli a la cabeza, un grupo de actores realiza un trabajo de laboratorio que ha ido dando obras como En el barrio del tambor, Común espejo, o la que actualmente representan para niños cada fin de semana, una comedia musical titulada Más allá del mar.
El pasado día 12 presentamos allí Rayo, viento y ausencia. Las fotos de la función fueron realizadas por Susana Ackerman




Susana Reinoso habla de Rayo, viento y ausencia

La periodista cultural Susana Reinoso estuvo en la presentación del recital en la Biblioteca Ricardo Güiraldes el pasado viernes y escribe en su blog esta nota:

Fue un instante de epifanía, provocado por la poesía, el arte y la sensibilidad. El Silbo Vulnerado es un grupo juglaresco que, a contramano del exceso tecnológico que invade la cultura en estos tiempos, presenta un espectáculo minimalista, hecho a fuerza de talento y corazón.
(serguir leyendo).

15 de mayo de 2010

Rayo, viento y ausencia en las Bibliotecas de Buenos Aires

Carmen Orte, Josefina Delgado, Alejandra Ramírez y Luis Felipe Alegre.

Ayer se presentó el recital Rayo, viento y ausencia de Miguel Hernández en la Biblioteca Ricardo Güiraldes (Talcahuano, 1261), fue la primera de las dos funciones que se van a hacer en la misma biblioteca, la próxima será el viernes 21 a las 20:00h. Esta tarde y el sábado 22, a las 20:00h., el recital será en la Casa de la Lectura de la Biblioteca Julio Cortázar (Lavalleja, 924), a las 20:00h. La entrada es libre y gratuita.

En la foto, Carmen Orte y Luis Felipe Alegre conversan con Josefina Delgado, subsecretaria de Cultura del Gobierno de Buenos Aires, y que acaba de reeditar su biografía de Alfonsina Storni, y Alejandra Ramírez, directora general del Libro y Promoción de la lectura, al finalizar el recital.

13 de mayo de 2010

El Silbo Vulnerado en Jujuy


Como colofón al Taller para recitar Poesía se hizo una función con variedades poéticas. Tuvo lugar el 11 de mayo de 2010 en el Aula de Teatro de la Universidad de Jujuy.


"Sensemayá" de Nicolás Guillén; "Nuevas canciones" de Antonio Machado, con música de Sergio Aschero; "Soneto a un narigudo" de Quevedo, con música de Goyo Maestro y L. F. Alegre y "Romance de la casada infiel".

12 de mayo de 2010

Jorge Cafrune: vida y muerte de un jujeño, por Reynaldo Castro

Reynaldo Castro en la Quebrada de Humahuaca. Fotografía de Aloma Rodríguez.

El escritor Reynaldo Castro recogió en Con vida los llevaron los escalofriantes testimonios de amigos, familiares y testigos de las personas desaparecidas en Jujuy durante los años negros de la última dictadura militar argentina. El libro conoció una primera edición en La Rosa Blindada, del recordado editor José Luis Mangieri. Recientemente lo reimprimió la Editorial de la Universidad Nacional de Jujuy.

De la nueva edición de este libro de Castro, reproducimos uno de sus capítulos, el que habla de Jorge Cafrune, el genial cantor jujeño, cuya muerte conmocionó a sus seguidores.

Evocamos la capacidad del cantor para recitar poesía, no solo folclórica sino también de autores como Bertold Brecht o Rubén Darío, con la misma maestría con que narraba y cantaba en escena.
Nosotros guardamos recuerdo de sus actuaciones en el Teatro Principal de Zaragoza, donde llenaba todas sus funciones, en solitario o acompañado por Marito. Más recientemente, en la ciudad se han rememorado sus canciones gracias a su hija Yamina Cafrune, quien, acompañada por su grupo, incluye a Zaragoza en sus giras, actuando en La Campana de los Perdidos.

Copiamos, pues, este capítulo de Reynaldo Castro sobre su insigne paisano.




Caballos


El cantor popular más importante de Jujuy ha sido, sin lugar a dudas, Jorge “El Turco” Cafrune. Él nació el 8 de agosto de 1937 en la finca “Villa Matilde” (llamada de esa manera en honor a su madre, Matilde Argentina Herrera), ubicada en El Sunchal, departamento de El Carmen. La finca había sido construida por su padre, José Cafrune, quien en treinta hectáreas cultivaba tabaco y maíz.

Allí, el niño aprendió –junto a su hermano “Josito”– a abrir surcos, sembrar, cosechar y andar a caballo. También estudió en la escuela que su padre construyó y donó en ese lugar.

Su primera guitarra fue un regalo de su progenitor cuando cumplió diecisiete años. Entonces, “El Turco” estaba terminando el secundario en San Salvador de Jujuy. Sus primeras –y decisivas– clases con las seis cuerdas las recibió del maestro Nicolás “Burro” Lamadrid. Terminó el colegio y armó un fugaz trío que actuó en los carnavales de Villa Gorriti. Después, en 1957, partió hacia Salta.

En esa provincia vecina trabajó atendiendo las mesas en el bar Madrid de un tío suyo. Ahí, pronto empezó a cantar en el grupo Las Voces del Huayra, que él mismo integraba junto a Luis Valdez, “Tutú” Campos y Gilberto Vaca. Ariel Ramírez los escuchó y los contrató para actuar en Mar del Plata. La presentación fue exitosa y por eso hicieron una gira por Córdoba.

En 1959 hizo el servicio militar obligatorio, en el Regimiento 2 de Montaña, en Jujuy. En ese lugar se destacó como domador de caballos salvajes. (Uno de los primeros animales que el había montado se llamaba Indio. Ese caballo era un moro producto de una cruza de árabe y criollo. Él recordará, años después, que su padre montado en el animal llegaba hasta el mostrador de los boliches a los que concurría.) Pidió permiso a las autoridades militares para grabar un disco con el sello CBS. Las Voces del Huayra dejaron su registro y el grupo se desarmó.

Un tiempo después, Ramírez lo volvió a convocar pero se dio con la sorpresa de que “El Turco” había armado otro grupo: Los Cantores del Alba. A pesar del éxito inicial, el cantor jujeño dejó el grupo a los pocos meses y volvió a actuar en el boliche de su tío.

A comienzos de 1961, se consolidó como solista. Actuó en las provincias de Chaco, Corrientes y Entre Ríos; realizó presentaciones radiales y televisivas en Uruguay y Brasil; pasó por Buenos Aires, pero todavía no era su tiempo.

Al año siguiente, actuó –con mucho lucimiento– en las peñas de Cosquín. Estaba cantando en la confitería La Europea, cuando lo escucharon los organizadores del festival. A partir de ahí, su historia se aceleró: el gran público lo ovacionó y las puertas de la consagración empezaron a abrirse. Así, después de haber sido aplaudido en casi todo el país, llegó a Buenos Aires. Empezó en un programa de Canal 9, siguió por las radios y teatros y ganó el primer premio del 2º Festival Odol de la Canción con la zamba de Marta Mendicute “Que seas vos”. Muy pronto, su versión de “Zamba de mi esperanza”, de Luis Morales, resultó el himno de la década.

Realizó una gira nacional que arrancó en La Quiaca y terminó en Ushuaia, como después lo emularía otro cantor popular1; a muchos de los lugares donde cantaba, él solía llegar como un centauro con vistosos guardamontes (alguna vez dijo: “En la ciudad también he encontrado muy buena gente, sólo que me hallo mejor donde se respira aire puro y pueden galopar unos caballos”). Actuó en varias películas y también tuvo gestos de generosidad que lo definen como un grande: en una oportunidad, él no entendía cómo los organizadores del festival mayor de folklore no prestaban atención a una mujer de rostro aindiado. Esa vez, “El Turco” subió al escenario, cantó con la tranquilidad de siempre pero, en un momento, hizo un alto. Dejó su guitarra a un lado y se acercó al borde del escenario; ayudó a subir a una mujer que se acompañaba con un bombo y cedió un espacio de actuación –y algo más– para que Mercedes Sosa cantara por primera vez en Cosquín.

En los primeros años de la década del 70, él realizó una larga gira por España y también actuó varias veces en Estados Unidos y otros países. Estaba reconocido entre los artistas que incluían temáticas sociales en su repertorio. Por eso, algunos lo incluían en la corriente musical que se denominaba “canción de protesta”; otros lo tenían como un referente de las canciones que hablaban del paisaje. En realidad, Cafrune estaba a caballo entre las dos corrientes musicales y se sentía cómodo como cuando montaba al Indio.

La política por aquellos años no utilizaba metáforas para expresar las cosas. En consecuencia, el músico Víctor Jara fue uno de los asesinados por los hombres del dictador Augusto Pinochet en el Estadio Nacional de Chile. En nuestro país, eran días en que primero se tiraba un cuerpo2 y después se negociaba. En ese contexto, el presidente Perón recibió al “Turco”. Existe una fotografía donde se los ve a ambos en primer plano: el jujeño está con su ropa de gaucho3; el líder político, de traje y corbata; atrás, asoma la cara de un oscuro personaje: José López Rega, quien –para varios– tendría alguna relación con la suerte posterior del cantor.

A mediados de 1974, la canción de protesta recibía algunas críticas de desaprobación. Así, Alejandro Dolina, desde las páginas de la revista Satiricón, analizaba las últimas actuaciones de la “Negra”:


Hay dos clases de mala música. La que es mala sin complejos, de tal modo que cualquiera puede advertir su vulgaridad, y la que esconde su carácter mediocre entre los pliegues de acordes absurdos y textos verborrágicos.

Mercedes Sosa, tal vez nuestra mejor cantante popular, nutre su repertorio con esta segunda clase de basura4.


Después de fundamentar su crítica sobre la cantante, el escritor se valía de una comparación para cerrar su opinión:


Hace poco, las autoridades del festival de Cosquín prohibieron cantar temas políticos. Mercedes junto a sus correligionarios [César] Isella y [Horacio] Guarany, se avino muy sonriente a la disposición. El único que se retiró indignado fue Jorge Cafrune, el cantor paisajista.

Nadie le pide a Mercedes Sosa que se vaya de Cosquín dando un portazo. Tampoco se le pide que deje de pensar en su éxito comercial. Lo que sí es lícito exigirle es que se acuerde que la calidad de una canción no pasa solamente por la elección de una temática social. Es necesario hacerla con un cacho de talento.

Ese talento que se deja de lado cuando la industria de la canción reclama más y más canciones de protesta, que es el nuevo ritmo que está de moda.


Años después, la censura no andaba con vueltas. Las listas negras circulaban como un secreto a voces y la industria musical se encuadraba en la reducida perspectiva musical de los dictadores. En la edición de 1978, la crítica ya no se practicaba sólo sobre los artistas, sino que incluía al público. Por eso, varios prisioneros del CCD La Perla fueron llevados por miembros del Ejército al festival de folklore de Cosquín, para que identificaran a posibles subversivos. ¿Es necesario decir que las canciones a interpretar seguían siendo sometidas a la censura previa?

Es necesario porque, ese año, “El Turco” actuó y anunció que cantaría una canción no incluida en el repertorio oficial. “Mi pueblo me lo pide”, dijo el cantor para justificar su decisión. Al escucharlo, el teniente primero Carlos Enrique Villanueva5 –quien se hacía llamar “Gato”, “Príncipe”, “Principito”, o “Villagra”–, a cargo de controlar a los prisioneros, comentó:

─A este tipo hay que matarlo6.



Jorge Cafrune había comprado la finca “Los Cardales”, ubicada a pocos kilómetros de Buenos Aires. Allí atendía mejor sus asuntos artísticos y también podía criar y domar a sus animales favoritos. Después de cantar en Cosquín, él había decidido conmemorar el bicentenario del nacimiento del general San Martín a su manera. Para eso, planeó un viaje a caballo que uniría Buenos Aires con Corrientes. Calculó que tenía que hacer treinta kilómetros por día para llegar el 25 de febrero y depositar un puñado de tierra de Boulogne Sur Mer (la ciudad donde murió el prócer) en Yapeyú.

Entonces, “El Turco” tenía cuarenta años y tres proyectos muy definidos: andar a caballo, cantar pueblo por pueblo y escribir un libro.

La última noche de enero de ese año, cabalgaba junto a un compadre por las afueras de Buenos Aires. Había hecho mucho calor y la ruta estaba oscura. Un cofre llevaba la tierra de la muerte. Cerca de la medianoche, las luces de una camioneta encandilaron a los jinetes; los caballos se asustaron y la muerte escapó de su caja y se adueñó del mejor cantor popular de Jujuy.

¿Fue un accidente o el cumplimiento de una orden? Esta cuestión nunca fue dilucidada.

1 No es una casualidad que el entonces joven Raúl Alberto Gieco (ahora conocido como León Gieco) sacara en su guitarra, como “una afición importante”, las canciones de Jorge Cafrune. Además aquél cuenta que esperaba con ansiedad, cada mes de marzo, la llegada del número especial de la revista Folklore que contenía la cobertura de Cosquín. Más información en Carlos Polimeni, “Soplando en el viento”, suplemento Radar del diario Página 12, Buenos Aires, noviembre 25, 2001, p. 5.

2 “Perón acababa de ganar en elecciones democráticas por un margen superior al 60%. El país, empeñosamente, buscaba un camino de pacificación. Pero la teoría del apriete pudo más. Había que tirar un cadáver sobre la mesa de negociaciones. Y los Montoneros apostaron duro: tiraron el de Rucci. Ese mismo día la derecha peronista mató a Enrique Grynberg, un militante de la Juventud Peronista. Empezaba la masacre” (José Pablo Feinmann, La sangre derramada. Ensayo sobre la violencia política, Buenos Aires, Ariel, 1998, pp. 89-90).

3 Expresa José Juan Botelli que la imagen de gaucho no era una pose ya que el cantor “había nacido en el campo, se crió sobre un caballo; tenía dentro de sí una invasión de sangre mora”. Más detalles en su artículo “Jorge Cafrune, apurado por llegar al cielo”, El Tribuno, Salta, febrero 12, 1978.

4 Citado por Eduardo Anguita y Martín Caparrós, op. cit., t. II, p. 241.

5 “Villanueva era un conocido secuestrador y torturador en el campo de concentración La Perla de Córdoba, ubicado en jurisdicción del Tercer Cuerpo de Ejército, bajo las órdenes durante el terrorismo de Estado del general Luciano Benjamín Menéndez. Figura también en la lista de represores de la ex Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), publicada por la ya inexistente revista El Periodista” (Centro de Estudios Legales y Sociales, Informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Argentina, Buenos Aires, Eudeba, 1998, p. 50).

6 CADHU, Informe sobre los campos de concentración y de exterminación de La Perla, Córdoba, Madrid, 1980. Citado en AAVV, Argentina, cómo matar la cultura, Madrid, Revolución, 1981, p. 158.

9 de mayo de 2010

Miguel Hernández en Argentina con El Silbo Vulnerado

En el Xornal Galicia de Argentina se da cuenta de las actuaciones del grupo.

America Latina
Miguel Hernández regresa a Argentina con El Silbo vulnerado

El grupo de teatro juglaresco aragonés ofrecerá una docena de recitales de ´Rayo, viento y ausencia´.


Miguel Hernández mantuvo durante años amistad con poetas y escritores latinoamericanos y allí también se publicaron sus obras. Ahora, con motivo del centenario de su nacimiento, el poeta y dramaturgo regresa a Argentina de la mano de la compañía juglaresca El Silbo vulnerado, compuesta por el declamador Luis Felipe Alegre, la cantante Carmen Orte y la actriz Aloma Rodríguez. Acaban de regresar de Cuba de rendirle también homenaje y ahora vienen a Argentina para ofrecer una docena de recitales bajo el título Rayo, viento y ausencia de Miguel Hernández.
EL MONTAJE Rayo, viento y ausencia es un espectáculo montado con respeto por El Silbo vulnerado, que precisamente toma su nombre de un poema de Hernández, para quien "no hay ningún circo alrededor de la palabra, porque la poesía de Miguel Hernández se defiende sola. Acaso, con el apoyo del gesto, porque está en escena. Entonación y cadencia", aseguran. Se trata de un recital cronológico que incluye poesía y música, con melodías tomadas del cancionero popular, así como de Paco Ibáñez, Serrat o Víctor Jara, entre otros y que está dividido en tres partes: Rayo (poesía amorosa), Viento (poesía de guerra) y Ausencia (poesía en prisión).

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Conversación entre Waldo González y Miguel Cañellas

En el portal de Cubarte aparece una conversación entre Waldo González y Miguel Cañellas, escritor y director del Teatro Tomás Terry de Cienfuegos en torno al Festival Hispano-Cubano y a la relación de El Silbo Vulnerado con la Isla.


Luis Felipe Alegre, Aloma Rodríguez, Carmen Orte y Jesucristo Riquelme, la comitiva española del II Festival Hispano-Cubano, en la plaza José Martí de Cienfuegos. Fotografía de Ernesto Cañellas.

"El silbo vulnerado en Cuba
Mucho lamenté no poder asistir a las funciones de El Silbo Vulnerado que, concebidas por el narrador, poeta y director del legendario Teatro Terry, posibilitaron una vez más la presencia y las presentaciones del valioso grupo comandado por el querido colegamigo español Luis Felipe Alegre y, peor aún para mí, tampoco poder disfrutar su espectáculo ni siquiera charlar con este amigo de años, cuando, tras presentarse en Cienfuegos, actuaron sólo una noche en la capitalina Sala Bertolt Brecht, en el homenaje que preparó y trajo a Cuba, dedicado al ya centenario y poeta español Miguel Hernández.
“Justamente, más lamenté perdérmelo porque estuve entre los primeros en disfrutar de la troupe del “alegre Luis Felipe”, como suelo llamarlo para verlo sonreír con su amplia risa, durante su primera visita a La Habana. Fue cuando, invitado por Miguelito y por el propio Luis Felipe, primero disfruté de su propuesta en el Teatro Nacional y, luego, en el Terry. Por tanto, por todo, ahora charlo con Miguel Cañellas.
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Miguel Hernández en Jujuy, Argentina

El Silbo Vulnerado presemtó el recital Rayo, viento y ausencia de Miguel Hernández en la sala Martín Raúl Galán del teatro Mitre de Jujuy el viernes 7 de mayo.


Además, Luis Felipe Alegre imparte un taller "Para recitar poesía" en la Universidad de Jujuy, del 8 al 10 de mayo, utlizando la poesía de Hernández para los ejercicios.

7 de mayo de 2010

Voces de España en el Centro Cultural Malvinas, de La Plata




El miércoles 5 de mayo en el Centro Cultural Islas Malvinas de La Plata tuvo lugar el encuentro homenaje a Miguel Hernández dentro del ciclo "Voces de España". Además del recital Rayo, viento y ausencia de Miguel Hernández, el escritor español Isaac Rosa ofreció una charla conversación con Evelyn Hafter sobre sus libros y su punto de vista sobre la literatura.

Isaac Rosa durante la charla. Fotografía de Aloma Rodríguez.
"Los novelistas y los cineastas tenemos la responsabilidad de contar la Guerra Civil española", dijo hablando de El vano ayer y ¡Otra maldita novela sobre la guerra civil!, y en relación al desconocimiento de "las nuevas generaciones sobre el franquismo o la transición". También habló de su última novela, El país del miedo.

El evento estaba organizado por UNLP, FHCE, Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria y Cátedra de Literatura Española II; patrocinado por la Oficina Cultural de la Embajada de España y la Comisión Provincial por la Memoria y coordinado por Raquel Macciuci.

Desde este blog cultural platense recomendaban el acto.

5 de mayo de 2010

Romper una canción en Clásica y Moderna

El pasado lunes, el escritor español Benjamín Prado presentó en Clásica y Moderna, la librería y cafetería cultural porteña, su libro Romper una canción, donde relata circunstancias y procesos que dieron origen al disco Vinagre y Rosas de Joaquín Sabina. Prado comentó los textos de las canciones, escritos en Praga junto a Sabina, y rememoró su amistad con el poeta Ángel González a quien dedicaron uno de los temas del disco.


El escritor estuvo acompañado en escena por Mimi Kozlowski, que interpretó "Ojos verdes" y "Medias negras", con Juan Carlos García a la guitarra.


Mañana jueves 6 de mayo, Benajmín Prado estará en la Feria del Libro de Buenos Aires presentando el número 718 de Cuadernos Hispanoamericanos, revista que dirige, y Chus Visor presentará Antología de la poesía argentina. Será en la sala Roberto Arlt a las 17:00h. Más información.

4 de mayo de 2010

Yo soy Fijman, de El Crisol

Dejamos aquí algunas fotos del espectáculo Yo soy Fijman, un espectáculo sobre la figura del poeta Jacobo Fijman. Es un trabajo fuera de lo común, un oratorio pero también teatro testimonio, camuflado entre el café teatro, y cuenta con una interpretación coral brillante. La presencia de Vicente Zito Lema, poeta y amigo de Fijman, es todo un lujo. Puede verse todos los domingos a las 20:ooh, en el teatro El Crisol (Arismendi, 2658) de Buenos Aires.

Actúan: Carina Resnisky, Martín ortiz, Alan Robinson y Federico Mercado, con la participación especial de Vicente Zito Lema. Música y diseño sonoro: Federico Mercado. Vestuario: Carina Resinsky. Dramaturgia: Alan Robinson y Martín Ortiz. Dirección general y puesta en escena: Marcela Fraiman.



Fotografías: Aloma Rodríguez.

3 de mayo de 2010

Ricardo Piglia y la tradición en la literatura argentina

Ricardo Piglia en la sala Jorge Luis Borges. Fotografía: Aloma Rodríguez.

Ricardo Piglia dio ayer una conferencia titulada "La tradición en la literatura argentina" en la sala Jorge Luis Borges de la Feria del Libro de Buenos Aires. Intentó plantear algunos de los "rastros" que se pueden seguir para investigar cuáles son los libros que forman la tradición, que es diferente al canon y a la historia, de la literatura argentina. Algunas de esas pistas son la relación con la traducción, como medio por el que la lengua se fija y como "democratización de la literatura"; para quién se escribe y cómo influye en la propia obra y en el estilo de la obra; y los "libros acontecimientos" que aparecen en la literatura argentina, casi siempre en circunstancias contingentes y azarozas, como es el caso de Operación Masacre.
Aquí, una crónica de la conferencia de la revista Ñ y un fragmento en vídeo.

Rayo, viento y ausencia en la Feria del Libro de Buenos Aires


Más de 500 espectadores llenaron la sala José Hernández de la Feria del Libro de Buenos Aires para ver Rayo, viento y ausencia de Miguel Hernández en el marco del 15º Encuentro Internacional de Narración Oral. El acto, concebido como homenaje al poeta y patrocinado por la Embajada cultural de España en Argentina, fue presentado por Ana Padovani.



Fotografías de Aloma Rodríguez.