8 de diciembre de 2020

A propósito de ARTISTAS POR HORAS


Tras hablar con una docena de interesados, vemos que los temas a tratar son:

-Medidas de seguridad. Pedimos 3 metros de distancia con los oyentes, que no pueden ser más de los que en cada momento (hoy son 6) se permita reunir. Además de las medidas normales (mascarilla, ventilación...)

-El precio. Se propone el equivalente a un día de trabajo (si el que contrata gana 2.000 y trabaja 20 días al mes: 100; si no tiene ingresos, lo hacemos gratis, o como intercambio de trabajos). 

-El formato del recital. Es sencillo, coloquial y didáctico (en los casos en que se pida como refuerzo para estudios). Duración a convenir, sobre la marcha. No hay necesidades técnicas (solo sillas).

-Si se cambia de fecha o se suspende, no nos enfadamos.

Esta forma de trabajo es habitual en muchos lugares del mundo. Aquí nos parece raro, pero ya nos acostumbraremos.

6 de diciembre de 2020

Artistas por horas

EN DICIEMBRE Y ENERO:

El personal de esta casa y sus amigos -músicos, recitadores, cantores, titiriteros- se alquila por horas. 

Si se ofrecen condiciones sanitarias razonables, los artistas solicitados acudirán a casas particulares para ofrecer el repertorio que se requiera. 

Cobrarán lo que se acuerde, con factura. A quien le interese puede ponerse en contacto:

+34 659641173

solosilbo@gmail.com

Si no hacemos el género que busca, le pondremos en contacto con quien lo haga.

MÁS INFORMACIÓN

5 de diciembre de 2020

Homenaje a Joaquín Carbonell

El día 21 de enero se celebrará por todo lo alto un homenaje a Carbonell. Será en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza.

La prensa ha recogido lo dicho en la presentación del proyecto por autoridades, familia y el responsable de la gala, Gabriel Sopeña. 

En arainfo.org lo cuentan con más detalle, y muestran esta hermosísima foto de una actuación reciente en el Matarranya Intim:






4 de diciembre de 2020

¿Feria del Libro en diciembre? Sí, en la Multiusos del Auditorio


Como informa la Comisión Permanente del Libro (COPELI) en su página, La Feria del Libro de Zaragoza se celebrará en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza, entre los días 5 y 8 de diciembre, en horario de 11 a 14 horas y de 17 a 20 horas. 

Es recomendable dar ese paseo entre libros, autores y editores, aunque este año tengamos que privarnos del apretón de manos, o de ofrecer una sonrisa. A cambio... podemos escuchar a Félix Teira en el pregón inaugural, encontrar un Tintín en aragonés, descubrir libros viejos, que no pudieron celebrar su propia feria, o sorprender a La Clac, representando a Galdós, entre un centenar de nuestros escritores que hablarán y firmarán sus libros.


25 de noviembre de 2020

En noviembre: de compañeros y amigos

 Este mes de noviembre hemos conocido novedades de amigos y compañeros que nos alegran en este otoño gris.

Eugenio Arnao 

Sigue demostrando que proyectos como La Casa del Gaitero son de utilidad pública. De ello habla en esta grabación de Aragón Radio y así lo cuenta Pablo Ferrer en el Heraldo: Aragón, la música y su ventana al mundo

Miguel Ángel Encuentra 

Expone Negro esperanza en el Museo de Teruel. Causa gran impacto, no solo por las dimensiones de la obra central: "Un enorme mural creado con una simbología premeditada –21 metros, 21 secciones, siglo 21" como señala la crítica de Desiderée Orús en Heraldo.

Emilio Casanova refleja la creación de Encuentra en este vídeo:


Merche Llop 

Ha recibido por su novela Sílverti el premio Guillem Nicolau, galardón que el Gobierno de Aragón otorga cada año a la obra más destacada en lengua catalana. Tempsdefranja dio la noticia.

Merche en el Museo de Nonaspe.Foto Hipòlit Solé

Merche, acababa de recibir también el premio literario Ciudad de Caspe, por su relato Madre de ausencias Esperamos que siga la racha.

José Luis Esteban

Nombrado Alumno Distinguido por la Facultad de Filosofía y Letras. Nuestra enhorabuena al actor y dramaturgo amigo!

Antonio Uriel

Un clásico de la fotografía experimental, Antonio Uriel, expone en la Galería Spectrum Sotos junto a Marco y Gimeno.

Ariel Prat

Se acaba de publicar su último libro: La niña que sueña en la ventana. Ver a Vera (Ed. Milena Caserola, Buenos Aires, 2020) 


Intentamos presentarlo, por Zoom, desde la librería Pantera Rossa. Quedó pospuesto el acto por las restricciones horarias. Tuvimos que consolarnos en El Gallinero.

Nico Pérez

El guitarrista porteño, afincado en Barcelona, debía viajar este mes con Ariel Prat a Berlín para ofrecer dos conciertos... Horas antes de tomar el avión se produjeron las restricciones por el rebrote alemán...
En esta entrevista en Radio Ripollet habla Nico de sus quehaceres artísticos.

Jesucristo Riquelme


Tras su edición del Epistolario general de Miguel Hernández, Jesucristo Riquelme presenta estos días En defensa propia, en colaboración con Carlos Riquelme Talamás.
En esta entrevista de Televisión Torrevieja hace un repaso de sus estudios publicados y cuenta episodios tan poco conocidos como la creación de la revista Luna en 1939.

La Cala

En Chodes, ha celebrado sus 15 años de vida:

La CALA 2020: tenemos tiempo / “para pensar en las cosas que pensamos que los demás no van a pensar" (Boris Vian).

En la foto, tomada hace años por Raquel Arellano, Carlos Grassa Toro se asoma a Le vrai Guignolet en Les Champs-Élysées de París, y habla con José Luis González, el titiritero que nos dejó el mes pasado.

16 de noviembre de 2020

Sátiras del siglo XVIII en el Teatro de la Estación

La pasada semana Sátira y Sátiro estuvo en el zaragozano Teatro de la Estación.

El equipo: encabezado por Luis Felipe, con el control técnico de Manolo Galvez y el montaje de la escenografía a cargo de su autor, Karlos Herrero. Por parte de la Estación, el responsable técnico fue Roberto  Remiro.

Dolos (Dolores Miravete) sufrió en verano un problema ocular del que se está recuperando. Así que, privados del violonchelo, la guitarra de Carlos Malicia (Carlos Arroyo) mantuvo la atmósfera bocheriana. 

Sátira y Sátiro. Foto: T. de la Estación

Salió un versión renovada de este clásico de El Silbo. Se incorporaron canciones y relaciones nuevas.

Luis Felipe. Sátira y Sátiro. Foto: Javier Arnas

Funciones cálidas, pese al frío exterior -cosa objetiva- y un público esperpéntico (apreciación desde el escenario).

Carlos y Luis Felipe. Sátira y Sátiro. Foto Javier Arnas


Estas fechas estaban reservadas en la Estación para las funciones de Vuelve Berta Singerman  .
La pandemia, y el hecho de que Carina Resnisky siga inmovilizada en Argentina, obligó al cambio de obra.

2 de noviembre de 2020

De Pío Fernández Muriedas

¡Albricias! 

Recuerdos de mis pasos perdidos


Se acaban de publicar las memorias de Pío Fernández Muriedas, o (tras la guerra) Pío Fernández Cueto. Su título: Recuerdos de mis pasos perdidos (KRK, 2020). 

Antón Castro daba hoy la noticia en el Heraldo de Aragón.

El libro viene precedido por una gran exposición que se celebró la primavera del año pasado en la Biblioteca Central de Cantabria bajo el cuidado de su hijo Manuel Fernández Gochi, recopilador también de los textos e imágenes de estas memorias.


Catálogo de la exposición

Cuando se miran los años cincuenta-sesenta en Zaragoza, se añade: los años del Niké. El Nike era una céntrica cafetería  zaragozana que albergó tertulias de escritores y artistas desde 1940. La más celebrada es la de los años 50 y 60, con la plana mayor de los que hoy llamamos -para entendernos-  poetas del Niké. Entre los de mayor edad: Miguel Labordeta (del 21) y Manuel Pinillos (del 14)

 Al calor de esa tertulia nacían iniciativas surrealistas como la Oficina Poética Internacional o sucesivas  revistas: Orejudín, Papageno, Despacho Literario... Cabe decir que en la tertulia contaba con artistas plásticos que garantizaban un nivel más que digno a las sucesivas colecciones a nacer.

De todo ello existe abundante bibliografía, y es frecuente la aparición de  Pío Fernández Cueto, porque él estaba allí. 

Rosendo Tello recuerda al recitador:
Fernández Cueto cayó de pie en Zaragoza para asumir el personaje pintoresco y peregrino que convenía a la bohemia zaragozana. (...) Era un mensajero, un noticiero de tierras fronterizas que se deleitaba y nos deleitaba hablando, e inventando, sobre Federico, Vicente, Gerardo, Dámaso, Blas..., como si de sus propios familiares se tratara

Era santanderino y llegó a Zaragoza, de vuelo por todas las Españas,en la década de 1950, atraído y traído por Miguel Labordeta. (...) Pío, como gran recitador que era, tenía momentos muy desiguales y momentos brillantes y geniales, sobre todo cuando se arrancaba a improvisar en la intimidad de un grupo de amigos. Entonces los poemas salían de su boca como recién creados, desligados de su malla formal para convertirse en pura figura interior. Nos enseñó a comprender la poesía porque la situaba delante de nosotros con cuerpo visual y plástico exento. Había que oírle recitar a San Juan de la Cruz, Los insectos de D. Alonso, El silencio de V. Aleixandre, algún poema de LOS MUERTOS de Hidalgo o Retrospectivo existente de M. Labordeta. Subrayaba silencios y pausas, presionaba sobre los accelerandos o ritardandos musicales, se suspendía en los finales del versos o en sus inicios. Afinaba la voz como un violín o la apretaba contra el velo del paladar para saborear los vocablos poéticos como una pasta. (...) La presencia de Fernández Cueto entre nosotros fue como una historia escrita en el viento, pero que marcó toda una época en la manera de entender y sentir la poesía. (...)
Rosendo Tello ( Orejudín, introducción a ed. facsímil, 1991) 

                                                                 

Es curiosa la entrada en la Gran Enciclopedia Aragonesa dedicada a Pío, donde figura como nacido en Bilbao y no en Santander. Error que él alimentó más de una vez.

O este libro disco de Monte Solo dedicado a los poetas del Niké.








Con motivo de la muerte de su amigo José Antonio Labordeta, hablábamos en este blog de Pío: Los paisajes de José Antonio Labordeta.

Y, sin duda, seguirá hablándose de Pío.


18 de octubre de 2020

Gianni Rodari (1920-1980)

 


Lecturas enriquecedoras que invitan a la acción transformadora de la escuela, con la imaginación como bandera. 

Piaget, Freinet... larga marcha hacia una escuela que solo hemos visto en las demostraciones de su posibilidad!

Recordamos en este centenario a los maestros que hacen posible su conocimiento difundiendo y repensando sus obras. 


12 de octubre de 2020

Tras 5 meses de angustia: volvieron los Juglares a sus Noches

Los Centros Cívicos zaragozanos, el Centro de Historias y otros espacios municipales acogieron producciones de géneros varios durante este verano tan atípico. Fuera de la capital, en los pueblos mutaban programas de temporada por festivales en espacios abiertos.

En plena tormenta de covic, el CC Delicias nos abrió su Rotonda. Las Noches de Juglares comenzaron el 6 de agosto. Hacía cinco meses que los artistas no salían a un escenario.

Mª José Hernández

"En la música siempre estás empezando. Es necesario además tener esa sensación, no perder la pasión y no acomodarse, seguir aprendiendo y seguir arriesgando. Para mí, cada nueva canción es un regalo, cada nuevo disco una aventura".                                                                     (En antoncastro.blogia.com)


Acompañada al piano por Sergio Marqueta y con Daniel Escolano al contrabajo, Mª José interpretó un selecto repertorio de sus composiciones. También intercaló versos en lengua aragonesa, y canciones de José Antonio Labordeta, incluidas en el disco Las Uvas Dulces, magnífico tributo al añorado cantautor.

Ingrid Magrinyà

"A los demás les aportas poesía, magia, utilizar el pensamiento, ver que las cosas se pueden sentir y decir de otra manera. Las sensaciones son un lenguaje y no siempre nos comunicamos por palabras. La comunicación está en muchas cosas".                                                                  (En artinCom)

Ingrid Magrinyà dibujó con su cuerpo el contorno sentimental de las canciones de Mª José Hernández.  

Como bis, solo de voz y danza. Apoteosis.

La Orquesta de los Títeres Muertos

"Recreamos al casi extinto hombre orquesta, acompañado de varios esqueletos, espectáculo musical donde la propia muerte, en su día de descanso, ofrece alegremente canciones que le han marcado al largo de su vida. Hablamos y reímos sobre la condición humana, para terminar siendo en conjunto, una oda a la vida".                                                  (En Tamborile  )

Iris Pérez y David Martínez actuaron con su peculiar orquesta donde la voz de Iris sale de una máscara articulada que representa a la Muerte. David es el hombre orquesta que, ayudado por títeres de esqueletos en la parte rítmica, hace la parte melódica con guitarra y armónica. Una tradición ésta, evocadora de los músicos medievales, que rara vez encontramos en la calle, su lugar natural. Es difícil hacerlo bien, por eso hay pocos artistas como ellos.


Su repertorio incluyó canciones  de Brassens, Violeta Parra, Yupanqui, Chicho S. Ferlosio... junto a otras con letras de Borges y de Grassa Toro.
Para finalizar, cantaron una versión de Duerme negrito en comandita con Ariel Prat, y el Rascayú con el esqueleto de Helena Millán.

Helena Millán

"En su casa-taller Helena tiene una pequeña huerta y unas cuantas gallinas. Los titiriteros que recorren el Norte de este país saben que sus puertas están siempre abiertas. Y que sus huevos fritos son los mejores. Helena Millán no parece ser de este mundo pero, sin duda, su presencia y la de sus marionetas lo hacen mucho más interesante".                         (En Titeresante )

Dos marionetas, negrito y esqueleto, salieron al escenario para bailar en sendas canciones de Prat y de la OTMuertos. Hubo momentos de emoción, como cuando el esqueleto estuvo a punto de "caerse" del escenario.


Ariel Prat

 "Prat es, entre otras cosas, cantante, músico, poeta, militante, bailarín, escritor ... y hasta etnógrafo: la realidad argentina no sólo le sirve de inspiración, sino que a través de sus letras y música se empeña en visibilizar, explorar y comprender el inmenso y oculto lado B de nuestra realidad social".

(Alejandro Frigerio, en Motor Económico


Cantó, junto a sus propios temas, algunos con letras de Mario Moros o de Bebé Ponti, un par de tangos célebres que sorprendieron al público.


Le acompañaron Lirio Martínez, al violonchelo, y Nico Pérez, guitarra. Vera subió al escenario para cantar con caja salteña y  bailar las canciones murgueras de su padre.

Ana Continente

"La Danza únicamente como juego estilizado no me interesa, así mezclo las herramientas de la interpretación teatral y la danza porque relacionan el movimiento con la intención de querer expresar.
La Danza es la cualidad y la ejecución del movimiento y el teatro es el medio que nos hace expresarlas desde nuestra verdad en escena.
Cuando hablo de cualidad me refiero a intensidad, tono, ritmo, acento, armonía, prosodia, aceleración, pausas, simetría y disonancia en el movimiento".

(En Anacontinentedanza


Extraño parecía empezar la canción desde un inmovilidad total, sin ruidos, sin sonidos. Parecía un volcán dormido. Presagiaba un volcán a punto de despertar. 
Las voces de Alicia, Patricia y Alberto lo hicieron estallar.  Continente fue la lava. Fusión de poesía: canto, música y movimiento. En realidad, todo movimiento.

Almagato

Almagato interpreta canciones argentinas, y al modo argentino, desde las chacareras   de Santiago del Estero, a las vidalas de los valles norteños. Suelen acompañarse, como en esta ocasión, con bailes folklóricos.

Su nivel de voces es extraordinario. La música secunda con instrumentos tradicionales y modernos.

Voz y percusiones: Patricia Badian  y Alicia Fernández. Jaime Lapeña, violín. Jaime González, voz, guitarra. Alberto Moreno, voz, guitarra, flautas. Antonio Ballestín, teclados. Toto Sobiesky al bajo y Fran Gazol a las percusiones. 


Contaron con la participación de Ana Continente en Como pájaros en el aire, célebre canción de un amigo del grupo: Peteco Carabajal.


Fase 66

Jugando con "Ruta 66" -la mítica carretera norteamericana- y una palabra de moda estos meses, "fase", este grupo nacido en el barrio Delicias se presenta como Fase 66. Su objetivo es mostrar una panorámica de la canción popular (folk) y el mestizaje con la nueva música que se produce alrededor de 1970 en Estados Unidos.

El grupo reflexiona sobre la comunicación. Sobrepone a las canciones en inglés su versión castellana, y, sobre ésta, la interpretación con signos.
Fueron Fase 66: Rosa Ayesa, voz; Lucio Cruces, guitarras, armónica y voz; Pilar Marqués, teclados; Manolo Galindo, batería; Antonio Jimeno, bajo; Lirio Martínez, violonchelo. Voces traductores: Alicia Fernández y Luis Felipe. Intérprete lengua de signos: Blanca Luque. 


Dada nuestra implicación en el experimento, haremos un comentario más amplio en un próximo artículo.

Equipo

La PAI (Promotora Acción Infantil) colaboró con la puesta en butacas del público, pues así como hay "puesta en escena", también hay "puesta en butaca". 
De ello se encargaron Luis, Anabel y Susana.

El último día contamos con Julio Marín y Sergio Muro como camarógrafos.

Pablo y Alberto cuidaron el sonido. 
Manolo Gálvez, la iluminación.
Luis Felipe, las presentaciones.  

Se agradeció a los responsables de Centros Cívicos su disposición para que esta edición de las Noches de Juglares pudiera celebrarse.
Y al personal del CC Delicias, por su colaboración.
  


21 de septiembre de 2020

Desubicadas Noches de Juglares.



Las Noches de Juglares, como otras actividades del Parque Delicias, las organiza el Centro Cívico Esquinas del Psiquiátrico, o sea, el Ayuntamiento de Zaragoza. El Silbo Vulnerado, o sea, nosotros, nos encargamos de programación y realización. Los dos equipos son amigables y colaboramos muy bien. Sin ser explícito, funciona el principio de "todo lo que pasa en el escenario es cosa nuestra". Y también que el director del Centro (desde su creación, Isidoro) es el responsable último, como si dijéramos "el jefe del teatro", quien se encarga de que haya escenario, toma de luz, sillas, carteles...

                                                               Patio habitual
Claro, como las Noches se hacen en un espacio natural del parque Delicias, existen otras voces: asociaciones de vecinos y Junta del distrito, principalmente. De esa parte nosotros no sabemos, siendo el Centro el que les da las explicaciones y nos trasmite a nosotros las inquietudes que pueden surgir. El escenario lo montan las brigadas, pero si no conviene la posición lo desplazamos entre todos hasta donde nos interesa. Si no hubiera corriente, el jefe trae un generador. Cualquier incidencia la resuelve uno u otro, le corresponda a él o no. Y así desde hace 26 años, cuando se abrió el parque.

                                                         Entrada al patio habitual

Noches de Juglares tiene carácter abierto, sorpresivo para el paseante desinformado que descubre un algo y encuentra una silla a su disposición para ver y oír eso que sucede. Una constante en el ciclo: parte del público es circunstancial, pasa por allí y se queda. Un parque es muchas cosas a la vez: lugar de encuentro, con otros o con uno mismo. El parque puede ser desde un atajo para llegar antes a casa, a un laboratorio de la Naturaleza que te hace sentir más animalmente humano.

A veces el artista sobre el escenario ve que unos espectadores se incorporan, les saluda, o -si es caso- les resume su relato y continúa su número.

Sí, el espacio íntimo de este parque, tiene muchas sugerencias. Evoca los tablados medievales y los espectáculos callejeros. Evoca al profeta y al anacoreta. Evoca el teatro de variedades y el café literario. Evoca.

En febrero

Teníamos apalabrado parte del programa de las Noches 2020. Habíamos hablado con la Orquesta de los Títeres Muertos como número musical-visual, y con Ingrid Magrinyá para que adaptara una de sus coreografías a nuestro escueto escenario. Varios colegas americanos de alto nivel iban a estar de gira por Europa en primavera. Las fechas de las Noches casaban con las de la pianista Mónica Papalía, el cantante Ariel Prat y el actor Gustavo Masó.

Una banda del barrio, Los cuatro luceros, que el año anterior homenajearon a Hilario Camacho, estaba preparando un recital de canciones anglosajonas para el último día. Como la idea era acompañar las canciones en ingles con su traducción castellana y su interpretación en lengua de signos, nos reunimos con la asociación correspondiente.

El año anterior habíamos comenzado cada sesión con un coloquio, alrededor de una mesita, entre alguno de los artistas participantes y un escritor al que luego dejaríamos solo como primer interviniente. Pensábamos repetir esa fórmula.

En marzo

A mitad de mes, la sensación generalizada en el mundillo artístico es de perplejidad. No solo el virus -que ya había tocado a varios colegas- preocupaba; también sus consecuencias.

(Laboralmente, los que vivimos de subir al escenario perdíamos todos los contratos de primavera; los que trabajamos en grupo quedábamos desarticulados. Como en marzo aún no empieza la temporada, muchos artistas no estaban cotizando como autónomos y no podían acceder a las ayudas que se concretaban esos días; otras ayudas para trabajadores del espectáculo se basaban en el número de altas del año anterior -20, un número generosamente accesible- pero nos iban llegando noticias de compañeros que, por distintas razones, no encajaban en los parámetros. Perplejidad + desolación. A lo que se sumaría un fondo filosófico que nos hacía cuestionar hasta la necesidad de nuestros oficios que, al serlo por vocación, son razón de vida).

Pero...por si se pudiera celebrar el ciclo, había que tener preparado el programa. Pensamos que sería importante la parte conversacional. Hablamos con Carlos Grassa Toro que, desde su atalaya (La Cala) en un pueblo pequeño (Chodes), podía aportar, con sus versos y prosas, una mirada interesante de la situación. Quique Artiach, que siempre ha compaginado la música con la hostelería, sacaba su libro de relatos basados en su trabajo: Historias de camareros. Un libro que podría subtitularse "para saber cómo somos". Barajamos otros autores, uno por sesión.

En abril


El 17 de abril, el jefe nos informa del posible cambio de escenario. Al parecer, desde la dirección de los Centros Cívicos, Antolín -para nosotros, el "super jefe"- ve más idóneo pasar el programa al Anfiteatro del parque, 100 metros más allá.

El cambio a un espacio más amplio -se razona- permitiría mantener los 200 espectadores que alberga el patio habitual, y cumplir con las medidas que, tarde o temprano, se impondrían para los actos al aire libre en previsión de males mayores. Los jefes pensaban en septiembre, nosotros en julio. En algún momento se pensó que podía ser en agosto.

A regañadientes, comenzamos a repensar el formato. ¿Por qué no nos gustaba? Veíamos que el desplazamiento trastocaba la filosofía del ciclo: naturaleza, intimidad, sencillez. Esto es: artistas y público bajo el arbolado, próximos, y con medios técnicos básicos. Ahora, las dimensiones del espacio se multiplican por diez.


                                                   Vista Anfiteatro con estanque tras columnas

Encontrábamos inconvenientes al nuevo enclave: el control de la iluminación del parque era la principal fuente de desconsuelo. ¿Comó centrar la atención del espectador, si se le ofrece la visión de todo lo que sucede en los grandes espacios que hay tras el escenario? Si no se apagaban ciertas farolas, no había forma de disimular, pues el publico, en gradas, podía ver sobre cualquier fondo que pusiéramos. Luego, el control del chorro de agua en medio del estanque... en fin...

Hay muchas personas comprometidas con la función social del parque dispuestas a favorecer su dinámica social. Uno de ellos es Jesús, "El Bicis", viejo amigo que resulta ser una suerte de mantenedor arbóreo y tiene acceso a la sala de máquinas y conoce las secciones lumínicas del espacio.

Lo del formato hay gente que no lo entiende. Lo explico comparando un libro "de bolsillo", que puedes llevarlo encima y leerlo en cualquier lugar; es liviano y cabe en riñonera, mochila, bolso... con otro libro "de regalo", que suele ser grande, a veces desmesurado para su contenido, y pesado, inapropiado para sacarlo de casa.

Pues, también, el espacio en su relación escenario-patio tiene sus claves y con frecuencia determina la relación artista-público.

Así, el programa se iba a resentir en su parte literaria: veíamos difícil la concentración, la atención del espectador en el autor y su sola palabra. El anfiteatro patrocina el desparrame visual, pensábamos. Esta reflexión nos llevó a posponer para la próxima edición las intervenciones de escritores y otras más intimistas que barajábamos, en beneficio de actuaciones que "llenasen" visual y sonoramente el espacio.

En mayo

Comienzan los cambios de fase pandémica. Por si acaso, Isidoro nos provee de un oficio para poder movernos por el parque a cualquier hora.

Estudiamos los campos visuales comunes desde distintos puntos de las gradas.
Al escenario central, ocupado por las intervenciones musicales, se sumaría el existente ante las columnas del estanque, donde podrían verse los números de danza que, en la distancia resultarían casi ensoñaciones. Ese espacio tendría una iluminación propia acompañada de efectos visuales. Propusimos a Ingrid y a Ana Continente llevar sus coreografías a ese espacio, para ejecutarlas en combinación con el grupo del escenario central; bailarían allí con la música de Mª José Hernández y Almagato, respectivamente.
Por otra parte, el seto que encierra al anfiteatro, de casi 2 metros de altura, permitiría apariciones con el apoyo de la grúa que utiliza el parque para podar.

En junio

Íbamos casi todos los días a distintas horas para tomar el pulso humano del espacio. Romeo buscaba motivos para el cartel. Con los Albertos de Amankay nos preguntábamos sobre el efecto de sonorizar el escenario del lago para la danza y los posibles rebotes. Con Carmen y Amparo ensayábamos fórmulas para que flotasen luminarias en el estanque. Los conservadores del parque trajeron su grúa para que la Millán elevara su gigante. Estudiamos la incidencia del viento. Hicimos simulaciones. Conseguimos focos de gran potencia, 2.000 y 5.000 watios, para iluminar personas o cosas que elevara la grúa, etc.

                    


                                             

A veces, proponíamos intervenciones a colegas; lo pensaban y declinaban por no verlo claro o, dada la incertidumbre, no tener ánimo para arriesgarse en trabajos que podían quedarse en nada. Otros, simplemente, tenían las fechas ocupadas. Fueron los casos del Teatro de Medianoche, al que solicitábamos recrear las columnas con efectos del teatro de sombras; del taller de danza que practica en el centro cívico; o del zanquista Espallargas.

Por su parte, los jefes hacían mediciones y evaluaciones, pensaban la mejor forma de "cerrar" el espacio del público con dos pasillos, para entrar y salir. La seguridad se fiaría a una empresa, para el control de acceso. Pensaban aforar el escenario central con vallas. Dudaban si dar pases anticipados en el centro, o dejar que afluyeran vecinos hasta el cupo autorizado. O sea, pensaban en lo que les competía.

De todo esto, nosotros nos desentendíamos. Nuestro problema no eran las medidas que se tomaran, sino el espacio que debíamos justificar artísticamente.

Imaginamos a los jefes redactando informes para instancias competentes, pues -pensamos nosotros- no sería de extrañar que, en tiempos de desbandada, algún compañero del aparato municipal considerase inadecuado tanto compromiso con las nochecitas de los juglares. 

A finales de mes, ya estábamos persuadidos de que podíamos afrontar el reto de trabajar para doscientos vecinos (en un espacio que normalmente podía reunir mil) dispersos en tres orientaciones: frontal, lateral derecho, lateral izquierdo, la mayoría sentada al bies. Cada espectador estaría a dos metros del espectador más próximo. Potencialmente disponíamos de los elementos necesarios (escenarios, luces, sonido) para dar un buen espectáculo: música en el centro, lejana danza, acomodación artística, apariciones en los setos, acciones con el chorro del estanque, baños de luz...

En julio

Zaragoza es noticia nacional durante todo el mes. Cada parte informativo difunde, entre sus primeras noticias, la subida de contagiados en Delicias. Habían empezado a organizarse actividades en Aragón. Algunas se suspendían al poco de anunciarse. Se buscaban auditorios al aire libre, por ser más seguros. 

Jefes, organizadores y artistas vivíamos en un ¡ay!, pero seguimos trabajando en los frentes correspondientes. Se cierra el programa, con nuevas ideas y el ánimo general alto. Sale el cartel, donde ha primado la idea del nuevo espacio:


En la línea de hacer espectáculos humanos, contábamos con el servicio de acomodadores que pondría la PAI. Aunque el público diera vueltas para encontrar la entrada y se le sometiera a algún tipo de incordio, la acomodación sería grata.

En las marquesinas y autobuses, el ayuntamiento se dejaba ver, por lo mucho que anunciaba, no solo en los centros cívicos. La limitación de aforo hacía que se tuviera que ir a recoger la entrada días antes, o apuntarse por internet, o llamar por teléfono. 

Una Plataforma de Artes Escénicas presionaba a las instituciones para recuperar presencia y audiencia.

Aparece una consigna en la propaganda institucional callejera: "Vuelve a la cultura". Y nos da que pensar: ¿Acaso habían prohibido a las gentes el enriquecimiento interior? ¿No han leído libros, no han visto documentales, no han oído músicas y pensamientos profundos? Evidentemente, la propaganda va en la línea de suplantación de conceptos. Se puede volver a la librería, al parque, al cine... pero no a "la cultura", que es una abstracción.

La primera semana de agosto estaba signada para realizar una suerte de ensayos de la parte técnica y técnico-artística -que no era poca. Pero el 28 de julio nos trasmiten el cambio de ubicación: la rotonda del CC Delicias.

Rotonda

Era incomprensible. La instancia municipal (la que fuera) que desaprobó la ocupación del Anfiteatro del Parque Delicias durante los días 7, 13, 20 
y 27 de agosto, no lo hizo contra

Las Noches de Juglares
El vecindario del barrio
El uso social del parque

Más bien lo haría pensando en que "lo que fuera a hacerse" podría servir para expandir más el virus por el vecindario en un espacio incontrolable como es un parque. No sabemos las razones, pero seguramente no pensaron en la solvencia de los organizadores, en la responsabilidad de los vecinos, en la preferencia del aire libre.

Cuando se habla del "control", recordamos el caso de aquella plaza donde no había niños porque campaban los malos. Hasta que un día volvieron los niños, y los malos buscaron otro lugar. ¿No tienen las altas instancias un psicólogo social a mano? Convendría.

Como es natural, juramos un rato, agachamos la cabeza y enfilamos hacia la Rotonda. La relación con los jefes era de incomprensión mutua. En símil deportivo: ellos habían salvado el campeonato pero el equipo se había formado para jugar en otro campo. No había tiempo más que para decir "sí" e intentar agradecer la solución, porque ellos lo hacían por las Noches... y por nosotros, por los artistas. Era así. ¡Y nosotros, sintiéndonos traidores al parque! ¡Qué cosas!

De lo que pasó en la Rotonda, daremos cuenta en otro artículo.



16 de septiembre de 2020

Joaquín Carbonell (1947-2020) Encuentros y recuerdos

Coincidíamos en actos más o menos legales. Como en la primera apertura paralela en la Universidad de Zaragoza, el 26 de octubre de 1976. Aquel día todos teníamos prisa: Eduardo y Javier (Bullonera) iban a cantar a un pueblo y fueron los primeros; Francisco (Silbo) tenía que dar clases, y fuimos los segundos. Tras nuestro recitado de "A vosotros, universitarios, vascos de Barcelona...", cantó Carbonell. Y no digo "salió al escenario" porque las escaleras de la facultad de Ciencias estaban abarrotadas y en el rellano no había forma de moverse. O sea, que si el cantante se movía, su guitarra chocaba con alguien. Carbonell empezó "con razón o sin razón..." y los estudiantes aprovecharon el ritmo del estribillo para bailar una conga. Milagrosamente el público fue bajando a la hierba, y el rellano, entonces sí, pasó a ser escenario.  En una estrofa citaba al barrio de Las Fuentes y el aplauso resonó como un trueno por el campus.

El redactor de El País que se atrevió a contar la primera apertura paralela, si bien entendió el componente alcohólico de la fiesta, debió irse pronto, porque sí que estuvo la policía en los alrededores, y, además, no éramos precisamente "grupos de canción folklórica".

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Una noche otoñal de 1979 hablábamos en un bar de Tenor Fleta que se llamaba El Jardín, donde discutíamos cosas de la Asamblea de Cultura. Allí cantó Carmen Orte, nos encandiló, y la noche acabó con Joaquín acompañando a Carmen y cantando romances entrambos. En esos años, periódicamente, se unía a la peña del Oasis y participaba en alguna gala practicando la vena cabaretera que tanto le gustaba.

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Otra fecha inolvidable fue el 27 de octubre de 1982. Nos convocó en el KWM, y hasta altas horas montó una especie de fiesta con la participación de Krahe y Sabina. Bueno, esto no era raro, ya había montado otra actuación sorpresa con ellos en el BV80, lo raro es que estábamos en el día de reflexión, porque el 28 se iba a votar. En aquellos años nadie sabía muy bien dónde estaban los límites.

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En el arrumbamiento de la canción de autor, Carbonell ya estaba con un pie en el campo de la comunicación, primero en los programas regionales de TVE.  Musicaire fue un invento suyo para mostrar todo tipo de música hecha en Aragón. Éramos vecinos en el barrio, y en la avenida de Valencia preparamos el guión de un Musicaire que tenía alguna complejidad, porque los músicos suelen estar quietos y los juglares de boca no, así que había que pensar en la técnica de "dramáticos".  Cuando vimos que la botella de cerveza, a los pies de Goyo, a veces estaba llena y a veces vacía, supimos lo que significaba "racord".  

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El 6 de diciembre de 1987 publicaba El Día de Aragón una de las críticas más jocosas que nos han escrito. Joaquín vino al teatro con el pintor Ignacio Mayayo y el teatrero Dionisio Sánchez.  Carbonell habla de la obra por boca de Dionisio. O bien: para el crítico "la obra" era ver a Dionisio viendo la obra.

Antón Castro seleccionó este párrafo en su libro del Sueño de Juglares. 

...Como esa noche (jueves) estrena El Silbo Vulnerado en el Teatro del Mercado, decidimos rematar la jornada asistiendo a la representación. "Yo me saldré a la mitad. Así que cojo la moto", nos indica Dionisio Sánchez. Hay ambiente y expectación en la puerta. Y llenazo. Y debo confesar que hacía tiempo que no veía reír y tan de seguido a Dionisio. El espectáculo es tan divertido que decidimos quedarnos toda la obra. "Buenísima, buenísima", confiesa Dionisio. Durante la representación se nos obliga a levantarnos y cantar el Himno de Aragón: La Dolores. "¡Genial, genial!" exclama Dionisio. Y así todo el rato.

Desde 1990, seguiría  con sección propia muchos años en El Periódico de Aragón, donde  nos entrevistaba cada tanto, y admitía de buen grado información sobre artistas y gente rara de paso por la ciudad. Con Roberto Miranda escribió libros jocosos de ¿humor y política ficción? Decir que "Aragón es un reino sin ánimo de lucro" es una sentencia estupenda. Se prodigaba más en la prosa que en el verso. En las letras de sus canciones podía expresar honduras y jugar con las formas. Porque, entre los libros de humor, un par de poemarios, o tributos a sus admirados Buñuel y el Pastor de Andorra, él siguió haciendo canciones y actuando ocasionalmente. Le gustaba trabajar en  equipo: los libros con Miranda, los documentales con Iranzo, las letras Con Navarrete, con Paz, o, últimamente, con Leiva...

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 A La Campana de los Perdidos venía a las funciones colectivas (homenajes, los fines de temporada, las noches brassenianas...). Un día me contó detalles de su entrevista con Nicanor Parra en su casa chilena de Las Cruces.  Puede leerse en el blog de su amigo Javier Barreiro. La impostura de Joaquín contra la de Nicanor, los malentendidos no discutidos, el deseo de acuerdo con el otro... una rareza! 

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Compartíamos el amor a Buenos Aires. Sus actuaciones eran en Clásica y Moderna, que además de librería, café y restaurante, tiene un pequeño escenario para artistas especiales. Allí lo conoció Alejandro Dolina y lo llevó a su programa La venganza será terrible, donde lo invitó a cantar (cosa que nunca hace Dolina). 

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Lo tuvimos en las Noches de Juglares, vino con Arrazola, y compartió cartel con Juan Leiva, el poeta. Fue una noche desapacible y húmeda, había llovido toda la tarde y tuvimos que refugiarnos en el vestíbulo de Las Esquinas del Psiquiátrico, el centro cívico. 

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Por nuestra relación cercana estos años con David Giménez y su editorial, nos veíamos con frecuencia por la Ribera: en El Imperdible de Remolinos, en Vinos Chueca de Casetas, en el Riga de Alagón, o en el Drinks & Pool, lugares habituales de Los Tres Norteamericanos, su último invento musical en el que, sin mayores pretensiones, junto a David y el GranBob, ponía las plazas patas arriba con las canciones de nuestra niñez. En los inicios del grupo, regocijaron al público de las Noches de Juglares, en el parque Delicias.

Durante el confinamiento, en abril, creó una serie diaria de audios. Consistían en una breve presentación y el canto de una canción. De forma sencilla, usando la grabadora del teléfono. Se pueden oír en su página oficial.

El domingo pasado, los altavoces municipales de Alloza, de Remolinos, de... llenaron el aire triste de sus calles con su voz.

En El Periódico de Aragón, hablaron los que saben: 

Garza Aguerri

Javier Losilla

Eloy Fernández Clemente.

9 de agosto de 2020

De regreso

El regreso a escena se está haciendo estos días con incertidumbres diversas. Los artistas temen la suspensión, el aplazamiento, el contagio, pero sobre todo un miedo interior que les lleva a preguntarse por el sentido de su trabajo.

El público, como es una abstracción y las abstracciones no hablan, no dice nada. Ocupa las plazas permitidas, pero se le nota incómodo. Cada aplauso suena singular, no se siente un aplauso "del público".

 Esto lo hemos observado en espectáculos propios y ajenos. Lo decimos nosotros y otros también. Para consolarnos decimos que es mejor esto que la sala vacía y la emisión en directo...

El día 6 comenzaron las Noches de Juglares. Los espectadores fueron acomodados por dos actores de la PAI que rompían el hielo del distanciamiento. Mª José Hernández daba su primer concierto tras la cuarentena, acompañada por Sergio Marqueta, al piano, y Daniel Escolano, al bajo. No se notó ninguna carencia, voz perfecta, como siempre, y un repertorio exigente: sus propias canciones, una en lengua aragonesa y alguna versión de Labordeta. 

Ingrid Magrinyà, la gran bailarina balear-aragonesa, intervino en dos canciones y compartió un final improvisado con Mª José: voz y cuerpo, alma del escenario.

El viernes salimos hacia Santolaria (Santa Eulalia de Gállego) para participar en un festival, Jorearte, que recorre esa comarca extraña que es La Galliguera. Algunas actividades se hacen en pueblos y otras en parajes naturales.

Aquí, en las fotos de Beatriz López, varios momentos de la jornada: nuestra actuación en La fuente d'o lugar, e Ignacio Sanz en Pozo Chelo.


Nuestras actuaciones estuvieron precedidas por el espectáculo circense Envà, de Amer y África. Y después, en la bodega Pegalaz, finalizó el día con las danzas orientales de Sara Guirado.