17 de marzo de 2019

Títeres en el Centro de Historias. Exposición. Hasta el 14 de abril.

Adolfo Ayuso y su equipo han abordado otro ambicioso proyecto cual es hacer un recorrido por la escena titiritesca española desde el siglo XVII, en los teatros de la Corte,  hasta nuestros días, en las tierras de Aragón.
Escenografías reales, reproducciones a escala, creaciones originales, fotografías, cartelería...
Hay un primer apartado Edad de oro de los títeres, que remite, claro, a Cervantes fundamentalmente. 



Luego está La Edad de plata de los títeres, o sea de 1900 a 1939. De Benavente a La Tarumba de Prieto, Lorca y cía., podríamos decir.  Pasada esa etapa, encontramos varias primicias, entre ellas los títeres que distribuyeron los falangistas por sus sedes; o materiales de reciente hallazgo, como la carpeta de Miguel Prieto hallada en Moscú, que ha propiciado reconstruir los títeres de Franco y Queipo de Llano, según aparecen en las fotos encontradas.


En el apartado aragonés aparecen muñecos de Garabaita, la compañía de Soledad Jiménez y Karlos Herrero. Aquí los personajes de Escamas de pescado, una obra inolvidable, de las varias que dirigió Héctor Grillo en Zaragoza entre los años ochenta y noventa.


Medianoche, la Tía Elena, Caleidoscopio, Aranda... Pero el grueso de la exposición se centra en dos compañías. Una, los Titiriteros de Binéfar, que recrean en esta composición su obra Almogávares:




Y Arbolé. En esta foto expuesta se muestra a Iñaqui Juárez interpretando el bululú de la Trigedia de los cuernos de don Friolera, de Valle, uno de los pequeños trabajos grandiosos de este titiritero.
Todas estas fotografías son de Emilio Casanova. 
En ésta, la exposición reúne a tres grupos que estuvieron muy hermanados: a la izquierda se ve un cartel de Momo, la compañía del llorado  Jordi Pinar; en el centro, los personajes del Pinocho de la Tía Elena; a la derecha El silbo, con mi bululú.


Y agradecemos, de paso, la leyenda que acompaña a la fotografía.  
‘Magia y Memoria de las Marionetas: Aragón-España’ está en el Museo de Historias de Zaragoza hasta el 14 de abril.
Todos los detalles sobre la exposición pueden leerse en TITERESANTE descritos por Toni Rumbao

16 de marzo de 2019

Ramón Menéndez Pidal (1869-1968)

Muchos libros de Menéndez Pidal descansan en nuestras bibliotecas. Especialmente queridos por nosotros: Flor nueva de romances viejos, Los romances de América y Poesía juglaresca y juglares. 

En esta fotografía lo vemos junto a María Goyri, en su viaje de bodas que consistió en recorrer la ruta del Cid.



Se cumplen ciento cincuenta años de su nacimiento. Bueno es saber los acontecimientos que preparan entidades académicas y organismos culturales.

De todo ello hace un detallado recuento la Fundación Ramón Menéndez Pidal, según relata su presidente, Jesús Antonio Cid. Copiamos aquí lo referente a ediciones de libros. El resto de artículo, con información de exposiciones y coloquios previstos, puede leerse aquí.

(...) La Fundación Ramón Areces ha patrocinado la edición del «Romancerillo
de Salónica» que en plena Guerra Civil reunió Maximo Kahn, un judío alemán,
no sefardí, pero radicado en Toledo, enamorado de la cultura medieval judeoespañola,
y nombrado cónsul de la República en la ciudad griega. Allí propuso
que el Ministerio de Estado publicara un Romancero sefardí para sefardíes, no
para españoles ni para hispanistas. La idea fue aceptada y Máximo Kahn preparó
ese romancerillo con criterios selectivos estéticos muy personales. La derrota
de la República impidió culminar la edición, pero los materiales reunidos le llegaron
a Menéndez Pidal y son los que ahora se publican. En la presentación del
libro, en el auditorio de la Fundación Ramón Areces, esta previsto un coloquio
a cargo de especialistas en la cultura sefardí, y un concierto de música sinagogal
y tradicional judeo-española.
También en coincidencia con el bienio, esperamos que salgan a luz al menos
cuatro obras, que la Fundación considera de importancia crucial para el
patrimonio cultural hispánico, y que han requerido largos años de preparación:
Las dos primeras suponen la reanudación del Romancero Tradicional de las
Lenguas Hispánicas, paralizado durante treinta años: son la edición de los volúmenes
del Romancero del Cid y de La muerte del príncipe don Juan.
Que el Romancero del Cid, icono, para bien e incluso para mal, de lo hispánico,
esté sin publicar en edición solvente y rigurosa, a la altura de 2018, cabría
calificarlo casi de vergüenza nacional. Es un estado de cosas que, esperamos,
por fin se podrá subsanar. La muerte del príncipe don Juan, por otra parte, es
un romance tótem para Menéndez Pidal y su familia; su casual hallazgo por
María Goyri en 1900 revelaba la supervivencia del romancero oral en la Castilla
nuclear. Pero el romance es además un ejemplo máximo de la variación creativa
y del arte de la refundición en la poesía narrativa tradicional. El luctuoso hecho,
la tragedia que supuso la muerte del heredero de los Reyes Católicos en 1497,
ha conservado abundantes rastros de historicidad que se manifiesta en las más
de 500 versiones del romance hoy documentadas, pero no menos evidentes son
las invenciones y desarrollos novelescos del todo ajenos al suceso de fines del
siglo xv.
La tercera obra es la edición de la correspondencia de Menéndez Pidal y Américo
Castro, que me permito adjetivar como el corpus epistolar más importante
para la filología española del siglo xx, y para la propia historia cultural española.
Son trescientas cartas, varias de ellas muy extensas –de seis y más folios–, escritas
a lo largo de casi cincuenta años. En ellas y en un diálogo siempre sincero
y a veces muy tenso, vemos desfilar, en un amplio panorama las apreciaciones
sobre sus contemporáneos, desde Alfonso XIII y Manuel Azaña a Unamuno y
Ortega, a toda la romanística y el hispanismo europeo y americano; y vemos
surgir anticipadamente los elementos básicos de la teoría histórica de Castro,
forjada en contraposición a los puntos de vista de su maestro en el desgarro del
exilio.
Una última obra, muy distinta, que la Fundación confía en publicar es el
libro inédito de Menéndez Pidal sobre Marcelino Menéndez Pelayo, escrito en
1914, y corregido incesantemente por don Ramón hasta la década de 1950, sin
que llegara a darle la mano definitiva. Se trata de una aproximación a la personalidad
intelectual y humana de Menéndez Pelayo, trazada por su discípulo más
insigne, y un examen riguroso de toda la obra de don Marcelino; examen, claro
está, ponderativovo, pero no hagiográfico ni exento de crítica. Es un libro que
ha requerido una compleja preparación, por los abundantes pentimenti a lo largo
de todo el texto, dobles y triples redacciones de varios capítulos, cambios de
ordenación, etc., y por la copiosa anotación que ha sido necesaria. (...)
 Jesús Antonio Cid
Boletín de información lingüística de la RAE, nº 11, 2019)
  


13 de marzo de 2019

Reconocimientos. Premios.

Pensando en tener tiempo para comentar cómo transcurrió el año pasado, y no encontrándolo, se nos fueron quedando en el limbo virtual algunos premios recibidos por esta casa y por amigos y colaboradores. Como el querido Premio Buho.













Ya aparecieron meses atrás noticias y fotografías del Premio a la Trayectoria en el sector profesional del Libro, que me otorgó el Gobierno de Aragón. También los reconocimientos como Juglar de las Palabras, por parte del Ayuntamiento de Andorra; Pelegrín de Plata, del Teatro Arbolé; y Premio ARES a la Trayectoria, en el Día del Teatro.

Mi sucesor en el Premio a la Trayectoria del Gobierno de Aragón fue el traductor, poeta y dramaturgo Francisco J. Uriz.


 Pasó lo que recuerdas, una de las joyas que publicó la Biblioteca Aragonesa de Cultura, me ha sido muy útil por la descripción de paisajes humanos y conflictos inmersos en la literatura contemporánea. 

En ANDALÁN: una magnífica semblanza de Paco Uriz, por  Eloy Fernández Clemente.

Otro amigo premiado ha sido el editor Chusé Aragüés: Premi Franja Cultura i Territori por la promoción y difusión de la literatura aragonesa en catalán dentro y fuera de Aragón. 



En el Diario del AltoAragón, J.C. escribía en su crónica:
El presidente de Iniciativa Cultural de la Franja, Artur Quintana destacó el trabajo de dinamización cultural de Chusé Aragüés y su trabajo por editar obras en aragonés y en catalán, "el suyo es el único caso de editorial privada que edita en aragonés o en catalán en Aragón", señaló Quintana. 
Chusé Aragüés ha traducido y ha editado obras de escritores de la Franja como Jesús Moncada, Mercé Llop, o Ramón Terés. Agradeció el reconocimiento y aseguró que las lenguas son riqueza, "quiero el castellano, estoy enamorado del catalán y amo el aragonés", y animó a normalizar la situación de aragonés y catalán, "los escritores aragoneses en aragonés y en catalán parece que no existen en las listas privadas de ventas. Hay que seguir insistiendo para defender nuestras lenguas aragonesas", insistió Aragüés.
En Diario de Teruel, una muy interesante entrevista de Maribel S. Timoneda a Chusé.