1 de abril de 2022

Chusé Aragüés: el libro o la vida

 

Chusé nace en Azuara. De Azuara se tiene noticia, primero como ciudad celtíbera, luego como villa romana, después como asentamiento islámico, de donde descendería el nombre. En los cuatro siglos que Zuwara tuvo culto a Mahoma, se amuralló la ciudad y el campo abrazó el regadío. Posteriormente, se habló en cristiano.

La infancia de Chusé transcurre sin oír la palabra "televisión". En su casa había libros de aventuras y de misterios, especialmente. 

Entre los conocimientos que le da la escuela se mezclan los descubrimientos propios del lugar: setas, tomillo, zorros, abubillas, musarañas, cardelinas, buitres, salamanquesas. Al lado, el río. 

Sus padres recibían visitas de unos vecinos que eran de Mequinenza, y Chusé comienza a asimilar que existen otras lenguas cercanas, como el catalán.

Ya en Zaragoza, superpone a los estudios de bachillerato los de banca. Se cuestiona lo que es hablar bien o mal. Hace listados con el léxico de Azuara y su comarca. Se instala en Madrid para trabajar en un banco. Viaja por Europa y conoce idiomas in situ.

Cuando vuelve a Zaragoza, se vincula a los círculos de la fabla; y se une al núcleo inicial de El Silbo Vulnerado, el músico Francisco J. Gil y el actor Luis Felipe (quien esto escribe), introduciendo la recitación en las otras lenguas. Traerá al repertorio poemas en vasco, catalán y gallego: Xabier Lete, Celso Emilio Ferreiro, Salvador Espriu, Gabriel Aresti, Manuel María, Salvat Papasseit... y en el aragonés que renace: de Francho Nagore y Anchel Conte. 

El Silbo Vulnerado, 1975: Chusé, Luisfelipe, Francisco.  Foto: Antonio Uriel


En 1975 llegamos a organizar en el CMU La Salle un encuentro en el que de principio a fin solo se habló en aragonés: Canta en Aragonés, contando con Valentín Mairal, Ana Martín, Renaxer y Pilar Garzón.

Fruto de nuestras inquietudes, sufríamos percances que nos llevaban lejos de la ciudad. A las molestias de la autoridad se sumaban las cruces gamadas pintadas sobre nuestros carteles y en las puertas de los locales donde actuábamos. Como no dábamos puntada sin hilo, buscábamos refugio en el sur de Francia para estudiar semejanzas entre las hablas pirenaicas de uno y otro lado.

No sé en qué orden, pero vuelve a Madrid para hacer el servicio militar; se casa con Luz; inicia Sociología y Filología; y comienza a distribuir libros en fabla por librerías madrileñas. 

Esa actividad como distribuidor de libros tuvo su origen en la creación de  Almilla Literenca, proyecto que le orienta de nuevo a Zaragoza para darle forma comercial. Trabajamos en ello, él y yo, con el afán de darle salida a editoriales y revistas de poesía e idiomas. En 1978, estábamos especializados en lenguas de la península: diccionarios, literatura, manuales. También en poesía, claro, con revistas españolas del momento y editoriales poco comerciales pero imprescindibles, como la colección Provincia, que dirigía Antonio Gamoneda en León. Algunas nos las cedían gustosamente otras distribuidoras. Para la promoción, editábamos carteles que llamaban la atención.

Crecíamos, cambiábamos de locales y de nombre, Alazet ahora. Ante el crecimiento de la empresa Chusé emprendió la creación de la Librería-Distribuidora Ícaro, lo que obligaba a una dedicación  exclusiva, incompatible para mí.

Con la librería Ícaro, en la calle Mariano Barbasán, Chusé vería los toros desde otra barrera. Si había que buscar un responsable de la escasa venta de cierta clase de libros, no iba a ser solo el librero.

Con el tiempo, cerraría la librería y crecería la distribuidora Ícaro con nuevos socios, ampliando el catálogo de productos editoriales y el ámbito comercial.

Una temporada lo vi con frecuencia por la DGA. ¿Qué estaría haciendo? Nunca le pregunté, o si lo hice no recuerdo la respuesta. Pero aparecían en el área de Cultura ciertas iniciativas en torno al mundillo del libro sospechosas de haber pasado por su mesa.

Mientras ultima su Diccionario de Castellano-Aragonés, que vería su primera edición en 1989, comienza a trabajar en PRAMES (Proyectos y Realizaciones Aragonesas de Montaña, Escalada y Senderismo). Modesto Pascau era el eje medular de la empresa y en ella confluían intereses  de montañeros, montañeses, instituciones y aficionados a pasear los senderos. Prames rotula caminos, publica guías, difunde tradiciones y espacios, eso que llamamos "patrimonio cultural". Si la revitalización del territorio natural era su principio, dar cauce a las creaciones artísticas sería su continuidad.

Fui alguna vez a ver a Chusé al primer local de Prames, cercano a La Zaragozana. Parecía medio fábrica, medio redacción de periódico. Había mucha gente. El tándem directivo resultaba atípico. Nunca he visto a Pascau ni a Chusé con corbata; rara vez con la camisa de cuadros por dentro del pantalón.

Prames tenía vocaciones ambiciosas.  Contratan a destacados cerebros para desarrollar proyectos. Allí veremos a Plácido Serrano, llamado a dirigir una colección de discos libro, o a Fernando Lasheras, en el departamento de diseño, por poner dos ejemplos. Se trasladan a su actual sede en el Camino de los Molinos. El impulso de la Federación Aragonesa de Montañismo se ve reforzado con la entrada en el accionariado de Prames de instituciones y empresas de peso en Aragón. 

Entre la rehabilitación de refugios de montaña, caminos, puentes y demás infraestructuras, la Empresa crea la colección literaria Las tres sorores y la revista La magia de viajar por Aragón, con dirección de Chusé. Hasta la crisis, larvada en 2008, llegan a tener 120 trabajadores en las distintas áreas de trabajo. La obligada reducción de plantilla lleva a mal traer a los jefes. Esos años fueron de pesadilla para Chusé.

Algunos proyectos necesitaban otros caminos para su desarrollo. Para ello, Chusé había creado en 1993 Gara d'Edizions, una pequeña editorial especializada en la publicación de libros en aragonés y traducciones al aragonés de autores clásicos y. modernos.

Durante treinta años, Gara d'Edizions ha ido creando colecciones también en castellano y catalán, en francés y en ruso. Podemos leer en aragonés novelas de Luis Sepúlveda, Lorenzo Mediano o Julio Llamazares; de clásicos del XX, como los aragoneses  Ramón J. Sender y Jose Ramón Arana. Los lectores en ruso pueden conocer a Chusé Inazio Nabarro y a Giménez Corbatón.

A veces, hemos colaborado en  sus iniciativas, como las  Chornadas de traduzión, donde vimos cómo se señalizaba un pueblo con sus dos nombres: El Grado y Lo Grau. Esas jornadas primeras fueron hace 25 años.

Chusé ha sido motor de los trabajos de mucha gente. Sabe hacer compatible el trabajo de puertas adentro y el de puerta afuera. En sus facetas de editor, traductor, y lexicógrafo, ha sostenido polémicas y ha reivindicado derechos y mejoras de los gremios. Actitudes belicosas que no le han servido para hacer amigos precisamente. Y es que Chusé entiende de letras, pero también de números; los aprendió a la vez. Ferias, jornadas, congresos y presentaciones públicas, no han cambiado sus maneras directas, acaso atemperadas por la edad. 

Chusé, Merche Llop, Pascual Miguel
Chusé y López Susín


Livre Pyrénéen d'Aure et de Sobrarbe. Chusé, Mérigot, Miró y Solana



Como cada quisque, nuestro hombre tiene sus querencias. Entre los traductores amigos, el recientemente fallecido Charles Mérigot (Éditions de la ramonda), un enamorado de nuestra tierra, cuyas editoriales difundía en Europa. Y entre los autores mimados por las dos editoriales, Rosendo Tello y Jesús Moncada.

Chusé, Juan Marqués, Rosendo Tello, Maribel Sánchez, JL Corral

En 2009, el Gobierno de Aragón decide -¡por fin!- hacerse ver en la Feria del Libro de Buenos Aires. El Silbo apoyó la novedad, organizando algunos actos útiles para las relaciones entre la delegación,  la Casa de Aragón y los colegas argentinos. 

Buenos Aires. Chusé, Pepe, Carmen Orte, Luz Marina Zambrano, Esteban Villarrocha, J.L. Acín

Una noche, acompañamos a Chusé hasta Caseros, en la provincia de Buenos Aires. Allí le había citado el escritor Alberto Cambas Sabaté para que el alcalde de esa ciudad porteña le entregara la 'Medalla Amigo de la Ciudad 3 de Febrero', como reconocimiento a su labor editora. 

Caseros (Buenos Aires). Chusé y Alberto Cambas
Vale decir que la literatura argentina está siempre presente en los intereses del editor. Entre las varias colecciones de Gara y Prames podemos encontrar pesos pesados argentinos, como El juguete rabioso de Roberto Arlt, Los dueños de la tierra, de David Viñas, o La calle del agujero en la media y Todos bailan, de Raúl González Tuñón. Durante años, participamos en la difusión de literatura argentina desde el Mangrullo, entre otros foros.

Chusé ha enfrentado los cambios de estos tiempos, intentando anticiparse con propuestas no siempre realizables, por ser más de futuro que de presente. Sobre cualquier alternativa a la distribución americana, a la venta digital, a la impresión en destino, etc., sobrevuela el volumen y peso del libro, sí, pero también el desamor a la lectura y, en especial, al libro físico.

Como vecinos del barrio Delicias, Chusé y Luz son espectadores habituales de las Noches de Juglares en el Parque; cuando el ciclo alcanzó la vigésima edición, Gara d’Edizions se hizo cargo de publicar mi Juglaresca, donde, bien que mal, doy noticia de 200 escritores y artistas participantes en su programa. El libro comenzaba con una cita de Manuel Machado, grata por su relación con nuestra compartida poética vital:

¡Ay del pueblo que olvida su pasado
y a ignorar su prosapia se condena!
¡Ay del que rompe la fatal cadena                                    
que al ayer el mañana tiene atado!

¡Ay del que sueña comenzar la Historia
y, amigo de inauditas novedades,
desoye la lección de las edades
y renuncia al poder de la memoria!

¡Ah, los tiempos pretéritos… indumentaria, toponimia, industria, cartografía, deportes, cuentos, músicas…!

Chusé ha compartido los trabajos de asociaciones, academias y ligallos varios: de aragonés, de editores, de traductores… ayudando a crear ferias, salones, y también emprendimientos curiosos como el Bosque de los Editores.


Con los amigos de Andorra
En 2017 me acompañó a Andorra, donde su alcaldesa,  por iniciativa de La Masadica Roya, me nombró Juglar de la Palabra. En la cena, comprobé la vigencia del aragonés entre los andorranos, pues la sola presencia de Chusé desataba las voces soslayadas.


También en ese año, la Iniciativa Cultural de La Franja otorga a Chusé el Premio Cultura y Territorio. Entre sus méritos destacados:

Artur Quintana y Chusé
… és el traductor a l’aragonès de la novella Camí de sirga, de Jesús Moncada, i al castellà de Cabòries estivals i altres proses volanderes, del mateix autor, així com de la novella Licantropia, del matarranyenc Carles Terès. A més, ha traduït a l’aragonès autors com R.J. Sender (Requiem por un campesino español), Tolkien o Saint-Exupéry i és autor d’un diccionari aragonès–castellà|castellà–aragonès. Com a editor, ha publicat dins de Gara d’edizions, a més de les obres esmentades de Moncada i Terès, estudis d’Artur Quintana i obra narrativa de Mario Sasot i de Merxe Llop, entre d’altres; i, en collaboració amb PRAMES, obres sobre l’obra pictòrica i fotogràfica de Jesús Moncada, així com diverses guies turístiques.

La jubilación no ha disminuido su actividad y su trabajo ha devenido en hobby. Así que sigue traduciendo los comics de Tintín al aragonés para la editorial barcelonesa  Zephyrum.

Una de sus actividades más queridas desde hace años es la tertulia en el bar Buñuel, donde los amigos se juntan para discutir en aragonés asuntos de actualidad. Desgraciadamente, el covid cerró temporalmente ese desahogo.

También la pandemia retrasó la entrega del Premio a la Trayectoria en el sector del Libro, que el Gobierno de Aragón otorgó a Chusé en 2020. Este galardón reconoce el trabajo de personas o entidades en el ámbito “del ecosistema de la industria del libro”. En los últimos años, entre otros, han sido distinguidos con ese premio: Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional, el traductor Francisco Uriz, la Editorial Olifante… Un año me lo concedieron a mí, lo que demuestra la amplitud del “ecosistema” existente alrededor del libro.

Por fin, el pasado mes de febrero, el Gobierno de Aragón entregó juntas las distinciones de estos dos años pandémicos.


Hace unos días, Ana Segura entrevistaba a Chusé en su programa La Torre de Babel.

Hay una caricatura que señala con acierto “el ojo” de Chusé. La boca, oculta en la barba, insinúa una mueca cómplice. Buen pelo, cejas hacia arriba, una suerte de garabato como nariz y lentes, sutil. Si Ricardo Polo la hubiera dibujado más recientemente, no existiría el hilillo de humo que, durante tantos años ha enmarcado su rostro.

Parece que el caricaturizado está diciendo: 

Hoy, muchos años después, 
puedo y deseo decir que: 
Quiero al castellano. 
Estic enamorat del català. 
Amo profundamén a l’aragonés.

Es una suerte para El silbo, tener a Chusé como compañero de viaje en este libro, esta vida.



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