Y el cielo se encuentra nublado,
no se ve relucir una estrella,
los motivos del trueno y del rayo
vaticinan segura tormenta.
Y son, y son, y son
tiempos borrascosos
que tienen, que traen,
las lágrimas a los ojos.
Un virus nos ha trastornado por fuera y por dentro. Dudamos entre repensar el pasado o imaginar el futuro. Gana el pasado.
"Cultura" y "ocio", se me antojan palabras con alopecia. Cambian según la peluca que le pone cada quisque.
En el naufragio, pedimos helicópteros, botes, un flotador.
El coche se ha averiado en medio del desierto. Somos el coche.
Euterpe, la diosa de agradable genio, está confinada en las ondas, en la red.
Ignoramos cómo sobreviven los que no ganan nada estos meses. Ignorantes, pues, no diremos palabra a este respecto.
Algunos no están en la lista cultural de reinsertables. Quizá pueda sostenerse algún proyecto que se apoye en otro mayor.
Con la anterior crisis los montajes se reajustaron. Los monólogos no eran extraños, y las escenografías se achicaban o se reciclaban. Experiencia hay, pues.
Acaba la canción:
Y el cielo ya se ha despejado
ya se ve relucir una estrella,
y reluce con brillo potente
todo el mundo confía en ella.
Y son, y son, y son
tiempos de bonanza
que tienen, que traen, que están
llenos de esperanza
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