“Señores:
esto no es un ensayo general, es la vida”
(Oscar Wilde)
Sorprende.
En el oficio del teatro se aprende a morir. Pero los autores que fraguan las muertes
de sus personajes y los actores que las representan también mueren de verdad.
De poco, acaso, habrá servido la invención y la representación ensayadas.
Varios compañeros de aventuras teatrales han muerto estos
meses pasados y, aunque alguno tendrá artículo propio más adelante, ahora
queremos respetuosamente recordar su amistad.
Agustín
García Calvo
No quería distinguirse como dramaturgo, ni como filósofo.
Gruñía cuando le llamaban “maestro”. Le gustaba el término “producción”
referido a la escritura. Creía en lo “está por debajo de uno”, por ejemplo, en “el
lenguaje” y en “el pueblo”, conceptos en los que buceó gran parte de su vida.
Esquema 'Lo que se oye y lo que se ve' en Del Lenguaje |
Su pasión por el teatro se recoge
en miles de páginas traducidas o versionadas rítmicamente de Sófocles, Aristófanes,
o de Shakespeare. Algunas las vimos en escena dirigidas por José Luis Gómez. Fue
Premio Nacional de Literatura Dramática (1999) por su obra La baraja de Don Pedro. Los
montajes de sus obras propias no han tenido suerte, todavía.
Agustín sentía en el teatro
un campo abonado para la poesía, la canción, el coro… y del teatro tomaba la
melopea, los diálogos… que salpican su obra lírica, narrativa y ensayística.
Asistíamos a su tertulia en
El Manuela de Malasaña, que a comienzos de los 80 giraba en torno al
pensamiento lógico, cosa que no se entrecruzaba con la literatura, aunque sí
con otros saberes como el físico y el matemático. En 1985, fuimos alumnos del curso
de Entonación y ritmo del lenguaje, en la Institución Príncipe de Viana de Pamplona.
Luisf., Agustín, Isabel y Carmen Orte. Curso U. Complutense: 'Poesía Popular y Literatura'.Almería, 1992 |
Desde entonces nos fuimos
encontrando en otros cursos, jornadas y congresos de oralidad, de cultura sefardita, de poesía… por toda España:
Granada, Arenas de San Pedro, Hervás, Almería, Benasque… y, por supuesto, en
Zaragoza. Siempre en compañía de Isabel Escudero.
Luisfelipe, Agustín e Isabel Escudero. Zaragoza, Casa Lac, 2001 Foto Raquel Arellano |
De su obra general da cuenta
la Editorial Lucina
Sus amigos anarquistas expresaron
su dolor
En el Ateneo de Madrid,
donde hacía sus tertulias políticas, lo recordaron en abril.
Su formación como artista plástico le llevó al teatro como escenógrafo. Luego dirigió, adaptó, escribió obras y, ocasionalmente subió a escena como actor. Era el decano del teatro aragonés. Sus escenografías eran primorosas.
En los 60 había estado en el T.E.U. y fue uno de los fundadores del Teatro de Cámara que, tras su disolución por orden gubernativa, daría paso al Teatro Estable de Zaragoza. El TEZ no fue un grupo más en la ciudad, para algunos de nosotros tuvo una importancia fundamental: nos enseñó a ver teatro.
Escenografía de Cariñena para El embrujado de Valle Inclán. TEU, 1963. Foto tomada de Teatro Universitario en Zaragoza 1939-1999 de Jesús Rubio Jiménez(coordinador) |
En los 60 había estado en el T.E.U. y fue uno de los fundadores del Teatro de Cámara que, tras su disolución por orden gubernativa, daría paso al Teatro Estable de Zaragoza. El TEZ no fue un grupo más en la ciudad, para algunos de nosotros tuvo una importancia fundamental: nos enseñó a ver teatro.
Estuvimos juntos, con él y los actores del
Teatro Estable de Zaragoza en algunas batallas locales de los años 70.
En 1987
Luis Felipe trabajó en Anatol, de
Arthur Schnitzler, con dirección y escenografía de Mariano.Elenco de Anatol. De pie: Luis Felipe Alegre, Jesús Pescador, Pilar Molinero, Balbino Lacosta. Sentados: Laura Plano,el director Mariano Cariñena y Ana Abán |
Cosa rara, iba con
mucha frecuencia a los teatros y, especialmente, a ver los trabajos de grupos
aragoneses. Nos lo encontramos en el nuevo Arbolé viendo el Bululú de Luisfelipe,
y, días antes de su muerte, estaba en el Teatro Principal viendo la actuación
de Santiago Meléndez.
Una de sus pasiones,
la música clásica, dio lugar al recuerdo que le tributaron sus amigos y
compañeros del TEZ en forma de concierto.
Entre los muchos escritos
dedicados, seleccionamos los aparecidos en el blog
de Antón Castro.
Vaya desde aquí
nuestro abrazo a Marisol Albiac, Mª José Moreno, Eduardo González y demás
familiares, amigos y compañeros.
Fernando Soriano
Era un hombre de teatro a pie de calle,
capaz de ver una comedia en cada rincón
de la ciudad. Era también árbitro de futbol.
Frecuentaba las
bibliotecas y encontraba toda suerte de cosas extrañas que compartía con sus
amigos.
Fernando en Morillo de Tou, 1996 |
Trabajó en varios grupos teatrales aunque su afición le llevaba hacia
espacios fronterizos. Así, colaboró largo tiempo con Momo, buscando con
Cristina Lartitegui nuevas formas expresivas.
En La Campana de los
Perdidos colaboró en poner en marcha, hace ya casi 20 años, la programación de
cuentos y oralidad. En 1996 participó en nuestro Encuentro de Intérpretes de
Poesía que realizamos en Morillo de Tou.
Fernando Soriano ensayando. Morillo de Tou, 1996 |
Cuando murió, trabajaba en el taller de teatro de la Universidad Popular
de Zaragoza.
Participó como
actor en algunos cortos y en “Perseus: la semilla humana”, dirigida por Francisco Javier Millán y producida por Impacto Producciones, que se considera el primer
largometraje digital de la historia.
Javier Leoni
Leoni comenzó
con el teatro a finales de los 70. En Extremadura fue de los primeros en
planteárselo como profesión, siendo uno de los fundadores de Suripanta. Después crearía Al Suroeste y alternaría su trabajo en la
compañía con la participación como actor en producciones ajenas.
En los inicios de Al
Sudoeste, Javier Leoni y Pedro Antonio Penco pensaron rescatar la idea del
carro de cómicos. Era algo que ya había desarrollado el actor y recitador
Cristián Casares a finales de los 70, representando las Coplas de Manrique por
la meseta española. A los efectos, Cristián llevó a Badajoz el chasis de aquel
carro y en el taller del artesano tallista Eduardo Holguín comenzaron los
trabajos de rehabilitación. Encargaron a Miguel Murillo el guión, que
contendría también textos de Berceo, el Arcipreste de Hita y Cervantes.
Cristián Casares llevó también los bocetos de dibujos y tallas que, años atrás
le había regalado Vitín Cortezo.
Pintura del Carro de Cómicos, 1993 |
Es estas, El silbo
Vulnerado comenzó a colaborar con la producción. Aportamos la presencia en
escena de Carmen Orte como actriz y cantante; la música la hizo Goyo Maestro;
el cartel y el programa, que se imprimieron en Sansueña, los diseñó Germán Díez;
Luisfelipe hacía de comodín.
En el elenco
que estrenó el nuevo carro de cómicos estaban, además de Carmen, Leoni y
Casares, la actriz Encarna Breis y los actores asturianos Gonzalo Buzniego y
Toño Criado. La música en directo la
ponía Lolo Iglesias.
Encarna Breis y Leoni. Ensayo de la Cueva de Salamanca. 1993 |
Continuaron
colaboraciones menores en otras producciones de Leoni. La última, en la obra Paso a vaso, que lleva música de Arelys
Espinosa. La foto que sigue fue tomada en enero, en Badajoz. Hablábamos de proyectos futuros. ¡Ay!
El Periódico de Extremadura contó la despedida al actor
“envejecer,
morir /
es
el único argumento de la obra”
(Gil de Biedma)
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