29 de agosto de 2021

Julián Martínez Cabrejas, en la memoria

Con su voz ronca, recitaba los cuentos en verso de Alberto Casañal. Lo hacía con expresión sobria, entonando el romance y dándole todo el ritmo que pedía el relato. 
 
 
En Poe Cía 92 -Curso intensivo de adecentamiento poético para altos y bajos cargos del Estado-, obra que estrenamos en 1987, Carmen y yo éramos los profesores encargados de instruir al público (los supuestos políticos). Como era un acto "oficial", había dos observadores entre bambalinas: un obispo (Iñaqui Juárez) y un general (Julián Martínez). El público solo veía sus piernas, hasta el momento en que los "profesores" se enzarzaban en una discusión de la que salía ella muy triste. Entonces, mientras yo salía jurando a la calle por la puerta trasera del escenario, los observadores tomaban parte en la acción. El obispo tras de mí, saliendo hasta la calle, para exorcizarme con gestos inquisitoriales, ante el asombro de los paseantes; el militar, en escena, consolando a Carmen y  recitando el cuento de la luna en el pozo, causando regocijo entre los espectadores perplejos por el giro de la obra.

Julián, descansando en un ensayo
 
La amistad con Julián, el panadero, venía de muchos años atrás, pues habíamos compartido las inquietudes de la Transición.

Julián, Jesús Lou, Luisfelipe
 
De Más margen, malditos! tenemos abundante material gráfico con Julián.  La obra tenía tres partes  con poemas de tres autores: Ángel Guinda, Ramón Irigoyen y Leopoldo Mª Panero, respectivamente. Julián estaba sentado como un espectador más. Yo accedía hasta su butaca por medio de una pasarela que penetraba en el público. Y, desde mi altura, le descargaba los versos de Los abanicos del caudillo (Irigoyen) hasta que él "se hartaba" y abandonaba su sitio para ¿marcharse? No: para subir al escenario, donde, ya hasta el final, ejercería de presencia ¿patriarcal? 

Aquí algunas fotos de ese periodo. Entre ellas, vemos a Julián en el recibimiento que le hicimos a Leopoldo a su llegada a Zaragoza desde Mondragón.


Más margen, malditos! Julián, Luisfelipe, Karlos Herrero, Carmen. T. del Mercado, 1987 Foto: Mooses



Más margen... Julián en escena, con Soledad Jiménez y Karlos Herrero. Teatro del Mercado. Foto Mooses




Julián, Guinda, Leopoldo
Luisfelipe, Guinda, Panero, Julián. Estación del Portillo









En el Monaguillo, se identifica a: Jesús Lou, Alfredo Saldaña, Alejandro Molina, Elena Santolaya, Julián Martínez, Luisfelipe, Leopoldo Mª Panero, Ángel Guinda   

 

En Catamarca: Giampaolo y Foster

En el noroeste argentino, Catamarca siempre nos ha caído a desmano. De Buenos Aires a Jujuy, nunca nos hemos desviado, desde Salta, por ejemplo, para conocer esa provincia, de la que, por otra parte, admiramos su canto vallisto, vidalas y bagualas. Leda Valladares recopiló una gran variedad de ellas. Imperdonable dar  esquinazo a los valles Calchaquíes... en fin... ¡Catamarca!

Tierra de hilanderas, entre sus tradiciones populares destaca un festival dedicado al poncho de vicuña y a la artesanía local, que se celebra en invierno en su capital, San Fernando del Valle.

Ahora, Carla Giampaolo y Julio Foster han trasladado allí sus laboratorios creativos. Para dar noticia de sus trabajos, de la actividad de sus gentes y de las bellezas naturales catamarqueñas, han creado un blog. https://giampaolofoster.wixsite.com/jachytatatjavya/carlajulioe Es una página rica en contenidos y deslumbrante en sus imágenes.


Dunas de Tatón, Fiambal, Catamarca. Foto: Julio E. Foster
 

Exploramos la simbiosis Naturaleza-Arte-Humanidad.

 Creemos que la ciencia es la respuesta, el arte la clave, el conocimiento, la magia.

                                            Carla&Julio E


19 de agosto de 2021

Manrique: viernes 20

Vamos avanzando con la nueva propuesta manriqueña. Aunque la función anunciada para hoy se hará mañana. 

Llueve en Caspe y La casa de las burbujas azules es un espacio al arte, y al aire, libre.


Pero se avanza, porque esta semana hemos ensayado en el tipo de espacio ideal para estas Coplas que hizo Jorge Manrique a la muerte del maestre don Rodrigo Manrique, su padre.

Voz, tañer de cuerdas, sonidos incidentales y naturales...en el claustro del Monasterio de la Resurrección.