31 de julio de 2015

Poesía Visual en Aragón

Correspondencia (2004), de Mariángeles Cuartero

Las poéticas de creación visual se citaron en torno a ¿Poesía Visual en Aragón? el año pasado. Entonces yo estaba en Argentina y el libro sin abrir me esperaba y yo no lo sabía. 



El libro era el catálogo de la exposición en el Centro de Historias de Zaragoza, donde los artistas comentaron sus obras y donde Túa Blesa leyó una magnífica introducción que  puede leerse en el blog de la caja de los hilos.

Habla Miguel Ángel Ortiz. Frente a él (jersey negro, pelo blanco) Túa Blesa.

Gustavo Vega habla en el prólogo amablemente de algunas actividades y experimentos de El Silbo junto a practicantes del conceptualismo.

El Banquete (2014), de Helena Santolaya

Metonimia Plástica (2014), de Charo de la Varga















Y eso, como siempre, nos invita a recordar algunas actividades nuestras en torno al tema, en este caso la poesía visual, como difusores y como hacedores de soportes para su uso escénico.

Vaya por delante que no somos ‘el poeta creador’. Somos intérpretes y el repertorio potencial es cuasi infinito. En cuanto a la poesía visual, a las formas poéticas raras en general, pudimos elegir entre ignorarlas o considerarlas. Hijos de nuestro tiempo, las tenemos muy presentes. 

Pero, desde un principio las manifestaciones poéticas alejadas del verso han sido mal vistas por un sector de la afición.

Decía Antonio Machado:

Toda la imaginería
que no ha brotado del río,
barata bisutería.

El vanguardista puede reconocerse en una tradición o no. Tener argumentos o coartadas. Genialidades u ocurrencias.
Si el producto se exhibe en una galería de arte, deberá ser considerado arte.
Si el producto no se exhibe en una galería de arte, pasará a ser "las cosicas que hace éste".

*

Por mi parte, ignoro  en qué momento vi algo a lo que llamar poema visual, sin palabras (acaso el título). 
En los 70, en la galería Atenas había exposiciones raras, donde se citaban nombres y conceptos nuevos para mí:  Brossa, dadaísmo, poesía concreta... recuerdo una conversación entre Joaquín Alcón y Javier Barreiro en torno a la sopa Campbells y a los límites del arte.
Poco a poco irían apareciendo Maiakovski, Apollinaire, o, mi favorito, Salvat Papasseit.
*
En 1986 montamos con Eugenio Arnao nuestra Exposición de Poesía Visual, para mostrar en los institutos esa otra poesía que no puede transmitirse por medio de la recitación.

Programa de la exposición Poesía Visual. 1997

Montaron muchas veces la exposición: Karlos Herrero, que también dirigía la operación, Goyo Maestro, Soledad Jiménez, Carmen Orte, Pilar Trillo, Luis Miguel Bajén, Ana Continente, Mª José Menal...
Por el sur de Francia hacíamos periódicas giras por teatros y liceos, donde montábamos la EPV.
El año 96 tuvimos la ocurrencia de llevarla a una gira por Marruecos y allí la descargaron  Carlos Malicia, Amalia González Bermejo y Jordi Pinar.
Siempre se contaba con un grupo de estudiantes que nos ayudaba a distribuirla por los pasillos del centro.

En el libro de Antón Castro El silbo vulnerado: un sueño de juglares  se lee:
 “Entre las actividades que se desarrollan durante todo el día destaca una curiosa exposición de poesía visual que recoge la experiencia lírica de las vanguardias: desde el dadaísmo, el surrealismo, el ultraísmo, el futurismo, o el creacionismo.
La muestra, recreada por Eugenio Arnao,  está compuesta por composiciones de Marinetti, Tristan Tzara, Guillaume Apollinaire, Juan Larrea, Guillermo de Torre, Javier Carnicer, Gabriel Celaya, García Calvo, Salvat Papaseit y otros.
Esa labor ha pretendido siempre enriquecer el acercamiento al público, llevar a cabo ese deseo de difundir la poesía, desde la raíz y la hondura del idioma, desde lo primitivo de la música y el teatro…”

Montando la EPV en Guadalajara, 1992

La exposición se reformaba y ampliaba cada año. Eugenio Arnao y Karlos Herrero se encargaban de darle forma a los contenidos, haciendo instalaciones que, según el lugar, podían ser espectaculares.
 Algunas temporadas hacíamos durante el recreo acciones con megáfonos en torno a los manifiestos dadá.
La exposición, creada para motivar a un espectador de paso, se enmarcaba con motivos gráficos basados en ideas de Giménez Caballero, Francisco Vighi y Gómez de la Serna.

El programa de la exposición recogía:
Poetas cubistas, creacionistas, ultraístas: Apollinaire, Guillermo de Torre, Juan Larrea, Huidobro, JJ Tablada, Oquendo de Amat, Sa-Carneiro, Maiakovski, Albert-Birot, Doesburg, I. Del Pando-Vilar.
Futuristas: Marinetti, Luciano de Nardis, Bruno G. Sanzin, Francesco Cangiullo.
Dadaísmo: telones dadaístas y “Homenaje a Tristan Tzara” de Gabriel Celaya.
Poetas visuales catalanes (principios XX): Salvat-Papasseit, JM Junoy, JV Foix, J. Folguera, V. Sole de Sojo, C. Sindreu.
En el apartado de expresiones contemporáneas: Miguel Labordeta, Celaya, JA Artze, Bartolomé Ferrando, Javier Carnicer, Brossa, y más.
Un último apartado estaba dedicado a ejemplos antiguos de poesía para ser vista, desde el acróstico español, hasta un poema persa en forma de árbol, o los embotellados alemanes del siglo XVII.
Como complemento, se ponía en un pasillo un Alfabeto Nonsense de Edward Lear con texto inglés y traducción de LMª Panero.
Las fotografías dan idea de los diversos tamaños reproducidos; claro,  todo plano.
*













Desarrollos formales para la escena. Y acciones raras.

En El Silbo se ha trabajado largamente en la búsqueda de una utilería teatral que podríamos llamar poética. Ha ido en paralelo a otras búsquedas en  torno a lo sonoro y a la imagen.

En 1984, Eugenio Arnao montó un libro gigante con el que inauguramos la primera sesión de Poesía en el Campus.

Helena Santolaya comenzó a colaborar con El Silbo Vulnerado cuando hicimos Más margen, malditos, en el 87, y montamos un recibimiento a Panero que tuvo bastante de conjunto de acciones.

Luego creamos (junto a Caracola y Arbolé) el ciclo Más o menos juglares, que se hizo en el Teatro Arbolé entre 1992 y 1995. Allí desfilaban artistas que tenían mucho que ver con las nuevas expresiones de la poesía: la soprano Esperanza Abad con su “laberinto de la voz”; Flatus Vocis Trío: Bartolomé Ferrando, Fátima Miranda y Llorenç Barber; Antón Reixa; y más.

Para recibir a Ferrando, en 1992, se organizó una llamada Peña Performancista Bartolomé Ferrando. En ella estaban Carlos Grassa Toro, Fernando Lasheras, Eugenio Arnao y Helena Santolaya, como artistas pensantes de las acciones a desarrollar, secundados por amplio elenco de actores, titiriteros y músicos.  Paseamos a Ferrando por varias calles con instalaciones, colgantes, octavillas y murales de bienvenida, culminando en el Entalto, donde Ramón Alconchel, en nombre del Frente Fanzinista, le hizo entrega de un hígado de vaca.
(Pensándolo bien,  lo que hicimos podría parecer hoy una despedida de soltero)

En los años 96 y 97, hacíamos todos los miércoles Diez minutos de poesía en el bar Sopa de Letras.

Luisfelipe y Leopoldo Mª Panero. Sopa de Letras, 1997
Helena Santolaya desarrolló allí varios de los poemas-escena que más han viajado en nuestras actuaciones. Entre ellos, los poemas que salen de servilleteros, en vertical (de Lluis Urpinell) u horizontal (Celaya); los libros de cartón con diapositivas y textos de Panero... También hacíamos usufructo de libros creados por Helena con improbable traslación escénica, como el libro de Artaud montado con cuchillas de afeitar.

Luisfelipe, Poema de Urpinell, Javier Tárraga, Ariel Prat. Babilonia, Buenos Aires, 1997

En 1996 montamos un encuentro-curso-taller-laboratorio para interpretar poesía. Durante una semana, en Morillo de Tou, una treintena de participantes, entre actores, músicos, plásticos, videastas y escritores, estuvieron trabajando la poesía en relación con otras artes. Eugenio Arnao hizo varios montajes de gran tamaño recreando poemas visuales en el pantano y el pueblo. 
Javier Romeo y Eugenio Arnao. Morillo de Tou, 1996
En el 96, la editorial Maeva nos encomienda la presentación de sus cajas Poesía Terapéutica, cosa que hice con ayuda de Adolfo Ayuso como guionista.

Luisfelipe. El circo de la palabra. Bogotá, 2001

En 2001, presentamos en la Biblioteca Nacional de Colombia, en Bogotá: El circo de la palabra –del poema visual al libro objeto. Componíamos el elenco: Carlos Grassa Toro, Raquel Arellano y yo.

No hablaremos de otras parateatralidades a las que somos aficionados: los circuitos cerrados, los megáfonos, las carretillas elevadoras, los romances de ciego, los emboscamientos, las conferencias-demostración...
El rapsoda enmascarado. En Putearte, Zaragoza, 2014
Romance. Luisfelipe. Campana de los perdidos, 2012
En carretilla elevadora. Luisfelipe, Plana de Cuarte, 1996














Lo normal es que estemos en relación con algo visual o sonoro. Es lo justo. Somos intérpretes de poesía, hoy.

Goyo Maestro, Carmen Orte, Espantapájaros de Girondo y Luisfelipe. La Cala, Chodes, 2008


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