31 de enero de 2011

Ramón Fontserè entrevistado por Aloma Rodríguez

Fontserè, en Todas las canciones hablan de mí

Fontserè, que ha estado estos días en Zaragoza con la última obra de Els Joglars, es entrevistado por Aloma con motivo de su participación en Todas las canciones hablan de mí, película en la que hace el personaje de librero.
Así empieza la entrevista:

Tu personaje, el librero, es el único adulto que aparece en la película, ¿cómo te has sentido entre tanta juventud?
Muy bien. Estaba muy bien rodeado, fantásticamente bien. Yo me siento muy cómodo porque hay algo en eso que transmite no la cosa del principiante, sino la ilusión de hacer las cosas con una energía fuera de lo normal. En los rodajes –yo he hecho pocos- con gente muy bregada hay una energía muy cansina. En cambio, en este tipo de rodajes, la energía que hay en el ambiente es más prístina, más clara, arremete con más intensidad, y eso es cojonudo porque te obliga a estar a la altura, a subirte un poco, te obliga a recoger este rebufo, esa térmica tan buena. Y además, trabajar con Jonás es una pasada. A mí me gusta que me lleven, que me enseñen un poco la dirección de la interpretación, por dónde va el personaje. Y Jonás es un tipo que pese a su juventud lo tiene todo muy claro, es el “antizapatero” –que cambia constantemente. Jonás te lleva muy bien, sin estridencias, muy suave y eso es cojonudo. Cuando te encuentras un chico así, un director así se agradece mucho.

Seguir leyendo en el blog Todas las canciones hablan de mí

Arturo Ansón: certeza y vehemencia

Piedad atribuida por A. Ansón a Goya

El Dr. Arturo Ansón Navarro atribuye a Goya un cuadro que se creía de Bayeu y durante  días, Ansón, Goya y Bayeu, son celebrados en conversaciones, blog y prensa de red y papel (Universal de Caracas, La Jornada de México, El Espectador de Bogotá, La Nación de Buenos Aires...)

El doctor y miembro de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, publicó su estudio en el número 9 de Ars -magazine de arte y coleccionismo.


Páginas del estudio publicado por Ars

Ansón no es la primera vez que pone luz en la autoría de una pintura, aunque sin tanto revuelo. Así, estudiando la impresionante colección pictórica de Lastanosa, atribuyó a Pedro Aibar Jiménez, pintor zaragozano del siglo XVII,  la pintura Glorificación de los santos Orencio y Paciencia del retablo de la capilla de Lastanosa.

"En el apasionado mundo de las atribuciones de los grandes maestros, por el que se camina con pies de plomo y en el que el prestigio académico es la moneda de apuesta, Goya es un género en sí mismo", comentaba Ángeles García en El País. Ante tal riesgo, no hay más que aplaudir a Ansón por sus certezas y la vehemencia con que las defiende.

     Foto de Ansón, en Ars
Porque este hombre que vemos en la foto, cuando estudiaba en el Instituto Goya ya era tenaz para determinar las certezas y, además, defenderlas. 
Nos conocimos en la primavera de 1971, en una biblioteca que había en la calle Eduardo S. Hernaz (entonces Padre Polanco), que vendría a ser la biblioteca del zaragozano barrio de San José. Esa biblioteca era milagrosa y tenía muchos libros de poesía prohibidos, o "no circulantes", como Viento del pueblo, de Miguel Hernández, Poeta en la calle, de Alberti, o Canto General, de Neruda. Aquel día yo estaba con el primero de los citados, aprendiéndome "Sentado sobre los muertos". Arturo tenía a su lado una pila de libros, pero lo que tenía entre manos era la carátula de un disco LP y un diccionario de inglés que miraba con frecuencia. Él, curioso como buen investigador, inició la conversación para averiguar el motivo de mi extraña musitación. Aclarados mis intereses literarios, me informó de los suyos: amante de la música folk, había comprado Me voy en un reactor de Peter, Paul & Mary, pero le parecían extraños los títulos de las canciones y los estaba traduciendo él por su cuenta.
 

Peter, Paul & Mary en el 68: Leaving on a jet plane

Nuestra primera salida al escenario la hicimos juntos en septiembre de aquel año, en un  festival juvenil interminable que hicimos en el Baltasar Gracián. Había dos oradores, Alberto Mur, presidente de Ideas, que nos presentaba, y Henri Bourrut, presidente de los Jóvenes Amigos de los Animales, que hablaba de la contaminación atmosférica. Y éramos tres "artistas": Arturo cantaba folk español y norteamericano, Luis Colomer interpretaba al piano a Bach y Beethoven, y yo recitaba a Machado. Compartíamos el escenario con un buitre, tipo alimoche, un buho y una serpiente bastante más grande que la culebra de agua. Todos ellos vivos, mostrándose como representantes de la fauna a conservar. Creo que fue Colomer quien mejor quedó. Mejor dicho, sin duda que Colomer quedó muy bien. También es cierto que entre las rapaces y él mediaba un piano de cola, mientras que Arturo solo tenía la guitarra por medio. 
Al mes siguiente, comenzamos los recitales de poesía en el auditorio de Radio Juventud de Zaragoza y se repitió el elenco con algunos cambios: Arturo hablaría de la música folk en general y cantaría varios ejemplos; Colomer tocaría obras de Cabezón, organista del siglo XVI, y el Let It Be; yo hablaría de la poesía cantada. Esta vez quedamos todos mejor. Arturo fue muy elocuente en sus certezas:  tenía la mejor fuente posible porque se carteaba con Joaquín Díaz. 
Recordemos que esos años se polemizaba con la "pureza" del folk y, desde que Pete Seeger le estampó la guitarra eléctrica a Dylan, los aficionados zaragozanos estaban divididos y en algún festival se había llegado a las manos. Se atacaba a Peter, Paul & Mary por comercializar la música folk, y Arturo los defendía siempre con vehemencia. Cómo no defender la belleza, cómo no rendirse a la rotundidad expresiva de Mary Travers, al sobrio y sutil oleaje del trío! Además, como decía Antonio Machado por boca de Mairena: "A la ética por la estética"

 
 Peter, Paul & Mary, 1971: Marcha por la Paz

[En el primer vídeo que acompaña a estas líneas veíamos que en el plató de la televisión australiana faltaba, al menos, un micro para la guitarra de Paul Stookey -los bajos que se oyen son de un contrabajo que no sale en pantalla. En el segundo, colofón de la marcha a Washington contra la guerra de Vietnam, no se oyen entre ellos. La primera canción que cantan, "Blowing in the Wind" ("La respuesta está en el viento") de Dylan, luchan, precisamente con el viento y con el rebote del sonido que les obliga a defender la canción a guitarrazos. Igual en la segunda, "Give Peace A Chance" ("Denle a la paz su oportunidad") de Lennon y Ono, aunque con la entrada de John Denver se decanta la interpretación hacia el himno tribal, renunciando Peter Yarrrow a seguir tocando para enarbolar la guitarra y afianzar el coro. ¿Debían degradarse actuando sin condiciones, sacrificando lo artístico? Sin duda un problema de ética y estética con el que no se puede generalizar, porque hay tanto artista intentando hacerse ver subido en una barricada que...]

Seguimos en Radio Juventud un año entero, aunque ya centrados solo en la poesía, cantándola o recitándola con música. Con Arturo tocarían Carlos Estepa, Cerezal y Francisco Gil. Inevitable y candorosamente, la música que acompañaba los versos de  Blas de Otero sonaba, con frecuencia, a "La casa del sol naciente".
Arturo, Francisco Gil y yo frecuentábamos el Colegio Mayor Cerbuna, donde se presentaban las novedades y donde oímos por vez primera al Cuarteto Cedrón (con  Cedrón, Praino, Strocio y Sarraute) que venía con Xavier Ribalta. Por allí estaban Plácido Serrano, José Antonio Labordeta, Carreras y Fernández Clemente, a los que mirábamos con distancia y respeto. El Cuarteto Cedrón nos descubrió la existencia de dos poetas argentinos que nos impresionaron: Raúl González Tuñón y Juan Gelman. También cantaron unos poemas precolombinos, que fue lo que más le gustó a Arturo.

Pero Ansón no era de los que se conforman con un aprobado y cuando entró en la facultad se dedicó de pleno a su carrera. El 26 de agosto de 1972 hizo su última aparición en las tablas acompañando poesías de Lorca, Aleixandre, Miguel Hernández, Celaya, Blas de Otero, Nicolás Guillén y Manuel Pacheco. 

En fin, la canción popular perdió una voz hermosa pero hoy tenemos otro "Goya".


 Luis Felipe Alegre


30 de enero de 2011

Hay vida

 

Verdulería de José (Calle Cuenca y Avda. Álvarez Jonte) Buenos Aires. 9 de julio 2010: J. Ottati, J. Cedrón, M. López, J. Fatta

http://elcedroniano.blogspot.com/

26 de enero de 2011

Campaña escolar de El Silbo: programas para Primaria, ESO y Bachillerato



Como todos los años, El Silbo Vulnerado dedica unos meses del curso a trabajar en colegios e institutos con programas pensados para cada grado escolar.

PARA PRIMARIA

Actuación para grupos reducidos (máximo 60 alumnos) en el propio centro.
Un bululú, o comediante solitario, llega al aula con su maleta cargada de cosas raras para descubrir La Metáfora. Entre cuentos, juegos de palabras y algún romance, aparecen poesías de Quevedo, de Iriarte, de Nicolás Guillén...
Este bululú para Primaria lo hace Luis Felipe en solitario.


PARA ESO

Actuación para grupos reducidos (máximo 60 alumnos) en el propio centro.
Recorrido por la poesía española, el Arcipreste de Hita, Lope, Samaniego... con algún romance de ciego y algún poema visual.
Sesión de Luis Felipe en solitario, o con Carmen.

PARA  BACHILLERATO

Dos programas:

Machado/Lorca
En Machado/Lorca se ejemplifican las rupturas de la época: verso libre, metaforismo, caligramas... Poemas recitados/cantados, representativos de las épocas de cada autor.
Actúan Luis Felipe y Carmen.

Generación del 27En la del 27 se recita o canta al menor un poema de Lorca, Alberti, Dámaso, Guillén, Diego, Aleixandre y Cernuda. En su conjunto, se intenta pasar por diversos estilos: superrealismo, neopopulismo, conversacional, poesía pura, creacionismo...
Actúan Luis Felipe y Carmen.


Además de que la compañía vaya al Centro Escolar, cabe la opción de llevar a los alumnos al Teatro Arbolé de Zaragoza: sesiones matinales de Machado/Lorca del 14 al 18 de febrero.

Desconocemos que haya nada sobre Miguel Hernández en Zaragoza.

 


 
 
 
 
 
 
 
.














 
                                                                                                                     .

24 de enero de 2011

Isabel Biscarri: 'Esto es libro' en la Biblioteca de Aragón



Esta exposición de Biscarri con libros convertidos en esculturas y arquitecturas nos ha resultado fascinante. Puede verse hasta el día 28 de febrero en la sala de exposiciones de la Biblioteca de Aragón. Zaragoza.
Antón Castro, en Heraldo de Aragón, recoge estas frases de Isabel:


"...Todos tenemos un mundo íntimo que no se conoce: lo que somos está en los libros. Somos los libros que hemos leído. Y empleo la columna como cimiento invisible de la personalidad, como una metáfora".


Esto es libro. Foto: Javier Lapuente

Isabel Biscarri lleva toda la vida en el diseño gráfico y objetual. También hay memoria de sus etapas con los tintes, los grabados, la polaroid, la animación en cine y vídeo, la escultura...
Le gusta utilizar todo tipo de materiales. Hace dos años en Arbolé, su recreación de las cuatro estaciones mezclaba objetos propios de una caja de herramientas (metros, clavos, bisagras...) con esas siluetas cavernícolas, motivo recurrente de la artista, que tanto inquietan.


De Tiempo Inmóvil. En Arbolé, 2009

De su capacidad de trabajo podemos dar fe en El Silbo. Además de diseñar el vestuario de obras grandes, como Goya: poesía circundante a las órdenes de Héctor Grillo, Isabel nos ha ido resolviendo y provocando muchas inquietudes escénicas.


Goya: poesía circundante, 95. Teresa Barrera viste a José Luis Esteban . Isabel observa.

Las exposiciones de Biscarri son la alegría de fotógrafos compulsivos. Sus instalaciones se meten solas en la cámara. En esta ocasión tiene el atractivo del movimiento porque al soplar sobre la columna las páginas se mueven.
La foto de Esto es libro en la Biblioteca de Aragón la tomó Javier Lapuente con su móvil. Con algunas otras, está en el álbum de Yolanda Bandrés en fcbk



19 de enero de 2011

Dahd Sfeir, "Ducho", refuerza su equipo

Ducho, la genial  juglaresa uruguaya, ha llamado a su cuartel general en Montevideo al ilicitano Nazario González para que refuerce la línea de producción de su equipo.
En la fotografía, tomada ayer, puede verse a ambos vistiendo uniforme y prestando juramento de fidelidad a los poemas de Benedetti, las canciones de Zitarrosa y los cuentos de Julio César Castro.

16 de enero de 2011

A vueltas con “la sociedad infantilizada”


Traemos a colación unas reflexiones de María Elena Walsh, en la línea argumental del artículo de Rosa María Artal, La sociedad infantilizada, reproducido en este blog.

Dice Walsh:

“…Lo único que sé es que rara vez se da esta difusión masiva de un producto que esté manchado por algún estigma levemente cultural, al fin y al cabo ideológico. Todo lo que no es cretino es ideológico, es decir, contiene alguna idea, es decir, es peligroso.  Los consumidores deben ser ciegos, sordos y un poquito tarados, tal como dijiste de los niños. Y los grupos sometidos –mujeres, pongamos por caso- deben seguir siéndolo, deben seguir comprando detergentes y canciones en serie, que obliguen a no pensar, o sea, a no pensar en una forma de vida más humana, más justa, más civilizada. Esto no lo pongas, a nadie le gusta oírlo ni verlo escrito, sobre todo al público, que sabe muy bien que lo toman por idiota pero no lo quiere reconocer.”

Palabras recogidas a Walhs por Alicia Dujovme en su ensayo-entrevista de 1979: María Elena Walsh  (Colección Los juglares, Ediciones Júcar, 1982). 

Se infiere que Walhs sigue el hilo de su paisano José Ingenieros -médico y sociólogo citado por Artal. 
Las tesis de Ingenieros en El hombre mediocre (1913) tuvieron repercusión en su tiempo y fueron reformuladas por Ortega y Gasset en La rebelión de las masas (1930).
Por añadir algo a lo expresado por Walsh y por Artal, copiamos de aquí un párrafo de El hombre mediocre (capítulo I, VI, Los peligros sociales de la mediocridad). Ni el uso de algunos conceptos ya caducos, ni su estilo decimonónico debe enturbiar la claridad de Ingenieros.

Dice Ingenieros:

“Ningún idealismo es respetado. Si un filósofo estudia la verdad, tiene que luchar contra los dogmatistas momificados; si un santo persigue la virtud se astilla contra los prejuicios morales del hombre acomodaticio; si el artista sueña nuevas formas, ritmos o armonías, ciérranle el paso las reglamentaciones oficiales de la belleza; si el enamorado quiere amar escuchando su corazón, se estrella contra las hipocresías del convencionalismo; si un juvenil impulso de energía lleva a inventar, a crear, a regenerar, la vejez conservadora atájale el paso; si alguien, con gesto decisivo, enseña la dignidad, la turba de los serviles le ladra; al que toma el camino de las cumbres, los envidiosos le carcomen la reputación con saña malévola; si el destino llama a un genio, a un santo o a un héroe para reconstituir una raza o un pueblo, las mediocracias tácitamente regimentadas le resisten para encumbrar sus propios arquetipos. Todo idealismo encuentra en esos climas su Tribunal del Santo Oficio.”


14 de enero de 2011

Mangrullo Abierto: collage de Letras y Artes.

Collage con algunos de los artistas y escritores que han protagonizado los últimos miércoles en El Mangrullo Abierto. Desde el verano se celebra este programa semanal de Letras y Artes  que coordinamos en el restaurante El Mangrullo de Zaragoza, sede de la Asociación de Amigos de Argentina en Aragón.
Cada miércoles, a las 20.30, aragoneses, argentinos y latinoamericanos en general se reúnen en torno a las artes y las letras de aquí o de allá.
Como es prolijo dar en este blog información semanal de lo acontecido y lo porvenir, cada cierto tiempo presentaremos un resumen en collage.


Realizado por Renato Riviera

En el collage: Carmen Orte y Eugenio Arnao, que trajeron el cancionero sefardita; el profesor chileno Enrique Arriagada Khel hablando de la ética de dos caras; Nacho Pan a la guitarra; Luis Felipe representando un texto de Fontanarrosa; el trovador cubano Manuel Pinatell; la italiana Carla Giampaolo y su vestido de caracolas; Gómez Milián y Luis Cebrián, poesía y guitarra. Entre ellos, algunos de los poetas a los que se ha dedicado una sesión monográfica: Joge Luis Borges, Juan Gelman, Miguel Hernández y Chicho Sánchez Ferlosio.
Entre el público se reconocen algunos de los asiduos como Julio Foster, Chusé Aragüés, Luz Novelló, Raúl Terán, Yazmin Partermi, Jordi Pinar, Ariel Prat y Laura, Betina Balboa, Raúl López...y de los ocasionales, como la pianista Monica Papalia.

Los boletines que aparecen, de la Asociación de Amigos de Argentina en Aragón, dan información semanal de la actividad. En estos del collage se anuncia al poeta Manolo Forega, al cantor Horacio Aliaga, a los poetas en el recuerdo Rolando Mix y  J.A. Labordeta, o al editor David Jiménez (Cartonerita niña bonita) que trajo una edición en torno al fútbol, con poemas de españoles, uruguayos y argentinos. También se anuncia el ciclo de cine argentino que  presenta Walter Rojas los martes.
Para recibir el boletín virtual, solicitar a:  argentinaenaragon@argentinaenaragon.org

11 de enero de 2011

María Elena Walsh

Como la cigarra






Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí,
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.


Tantas veces me borraron,

tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y seguí cantando.

Tantas veces te mataron,

tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.



La foto está recortada de la original de Sara Facio que forma parte de la portada María Elena Walsh o "el desafío de la imaginación" de I.A. Luraschi y K. Sibbald (Editorial Sudamericana, Bs. Aires, 1993)

Un enjundioso artículo de Rosa Mª Artal en El Público, da que hablar

"La sociedad infantilizada", artículo de Rosa María Artal publicado por El Público, está dando que hablar en el patio. Ello propicia que Luis Felipe Alegre escriba algunos recuerdos:

Vaya de entrada que Rosa María Artal es querida en esta casa. Compartíamos clase en la escuela de teatro de Zaragoza, donde Artal era alumna destacada, como luego lo sería su hermano Javier. Algunas noches volvíamos andando hacia Delicias compartiendo alumbramientos poéticos, como lo fue el Equipo Claraboya (Agustín Delgado, Mateo Díez...) que descubrió Rosa y que pronto incluí en el repertorio.
La vocación periodística venció al teatro. En alguna ocasión nos puso una cámara delante, cuando salir en la  televisión única era "salir en televisión".
Somos seguidores?
Eso que llamamos "seguir" a alguien no es otra cosa que tener de vez en cuando noticias de alguien. En España, seguir seguir se sigue a un torero, a un cantaor, a un equipo de fútbol. Vas a donde va: lo sigues. 
No sé si ver a Rosa Mª de corresponsal en Aragón, o presentando el telediario nacional, o verla en Informe Semanal poniendo el dedo en alguna llaga, o compartiendo su bagaje de melómana en las noches de Radio Nacional...  no sé, decía, si eso es seguir a Rosa.También puede provocar la sensación paranoica de ser perseguido por ella, siempre acechante desde un micrófono o una columna de prensa para incomodarte con el mundo.
Sus locuciones tienden a ser lecturas neutras. De siempre ha tenido una pronunciación excelente, dicción clara, tono medio, timbre claro. Esa perfecta pronunciación se consigue con una amplia articulación de la boca, la garganta  abierta, el paladar alto y, básicamente, una disposición fónica sonriente.
Por eso, en 1983, el 23 de febrero, millones de españoles creyeron que Artal se complacía cuando daba noticia de la expropiación de Rumasa. Como dijo un castizo: "la mirada hierática, la voz firme, pero una sonrisita...".
Actualmente, pueden leerse sus artículos en El País y en El Público. Especialmente recomendable es su blog El Periscopio . Reconozco que no he leído sus libros, aunque pienso empezar pronto el último: España, ombligo del mundo.

Aquí el artículo citado de Rosa María Artal:

La sociedad infantilizada


Autoridades, expertos varios y medios informativos se ven en la obligación de advertirnos que conviene a la salud consumir alimentos frugales, tras habernos excedido en comidas copiosas. Del mismo modo, cada verano nos indican que, cuando hace calor, resulta beneficioso situarse en la sombra, beber líquidos o usar ropas ligeras. Diezmada la población por su empeño masivo en correr el maratón, con abrigo de plumas y gorro de lana, a las 3 de la tarde, y con 44 grados a la sombra, o por salir a la intemperie, en invierno, con una camisa mojada a las 5 de la madrugada, había que tomar medidas. Existen indicios de que se han inspirado en la baja mortalidad que registran perros, gatos y el resto de la fauna en similares circunstancias, pese a no poseer el don supremo de la palabra y el entendimiento. Dirigidos y permanentemente alarmados, desviada la atención sobre los asuntos cruciales, los humanos contribuimos de forma entusiasta a la misión de asustarnos y obedecer.
El siglo XXI parece haber alumbrado una ciudadanía que precisa tutela y motivación para afrontar el más nimio esfuerzo, salvo fiestas y gestas deportivas (ajenas a su intervención). Atados a hipotecas y créditos, al sueño del triunfo fácil, los afectados por la crisis reaccionan con pasividad inusitada a ese atropello a la lógica que ha constituido el desarrollo de la hecatombe financiera y las medidas de ajuste que decreta, en connivencia o sometimiento de los políticos. “Quienes pueden hacer que creas en absurdos pueden lograr que cometas atrocidades”, avisaba Voltaire. Incluso para uno mismo. O lo que es peor, para todo un colectivo que ha de cargar con la rémora de los bebés mentales.
José Ortega y Gasset reflexionaba hace casi un siglo sobre el nacimiento del hombre-masa, hijo del progreso técnico y tecnológico sin precedentes que se estaba registrando. El filósofo español ya veía que la sociedad no alcanzaba similar nivel de desarrollo. La búsqueda del dinero y de la “utilidad” había empobrecido lo que él llamaba la conciencia moral para producir, decía, un ser vulgar, consciente y orgulloso de su condición, exigiendo su derecho a la mediocridad sin ninguna cortapisa.
En 1913 José Ingenieros, médico, sociólogo y filósofo argentino, se había expresado en parecidos términos en El hombre mediocre. Alguien que no lucha por ideales sino que, incluso, los combate porque afectan a su estabilidad, y se vuelve “sumiso a toda rutina, prejuicios y domesticidades, para convertirse en parte de un rebaño o colectividad cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente”.
Dudo que ambos pensadores llegaran a sospechar lo que habría de venir: los terribles istmos ideológicos que sacudieron el mundo y una guerra extremadamente cruenta, de la que se salió, como reacción, con los mayores avances en el reconocimiento de los Derechos Humanos que nunca se habían dado. ¿Cómo permitimos que destruyeran la obra? Lo hicimos nosotros. Con nuestro silencio. A cambio, nos han dado el exacerbamiento del llamado libre mercado y la precariedad económica para la mayoría de la sociedad, con la merma de los logros duramente conseguidos. El enaltecimiento del yo individual que, sin embargo, quiere sentirse “como todo el mundo”, la inacción y la inmadurez colectiva con fuertes signos pueriles.
El cambio sustancial que trajo nuestra época fue la comunicación masiva. Y, con ella, la uniformidad y repetición de los mensajes. Si el hombre-masa decidía sobre su destino –por muy simple que este fuera–, al del siglo XXI se lo dan digerido y con profusión de impactos destinados, en buena parte, a disuadir el pensamiento crítico. Resulta paradójico ver a una ciudadanía asolada por problemas económicos, con abrumadores agravios comparativos, a la que roban su dinero en la socialmente aceptada corrupción pública, devaluados sus derechos y sus servicios esenciales, mostrando tal despreocupación. O un miedo enmascarado que le incita a mirar para otro lado pensando que así el peligro se evaporará por sí solo.
Inconsciente de su problema, la sociedad infantilizada malcría –¿para perpetuarse?–. Los niños españoles crecen en madurez social a través de las redes de internet, pero se muestran francamente desanimados ante el compromiso y el esfuerzo. “Multirregalados” –hasta tres veces en Navidad–, ven paliada la ausencia de unos padres, entregados al trabajo y a lo que este puede comprar en progresión insaciable, con el teléfono móvil. El permanente control a distancia impide el desarrollo de la facultad de decidir y afrontar los contratiempos, de equivocarse, caer y volver a levantarse, dado que una paternal voz querida soluciona el conflicto puntual. O lo que es aún peor: la de los “amigos” de Tuenti o Facebook. La educación autoritaria parió adultos reprimidos y proclives a utilizar sinuosas curvas en lugar de la línea recta. La aparente sobreprotección actual, la muerte de la iniciativa. Sensación ficticia, porque lleva de la mano justo hasta el borde del precipicio, donde desaparece todo aliento.
Nos hemos convertido en ciudadanos de talla única en cuerpo, usos y, casi, en ideas. Apegados al centro protector –lejos de los extremos– donde sentir el calor del otro y pasar desapercibidos, adictos a los caminos gregarios. Sin tomar las riendas de la propia vida, salvo en el canal donde nos haya tocado ubicarnos.
La dulce abuelita resultó ser un lobo feroz. Quienes dirigen el mundo no velan por nosotros: buscan su propio beneficio. Nos acechan empachos, fríos y calores más perjudiciales que aquellos de los cuales nos alertan. Aprendamos desde pequeños los riesgos y la dicha de ejercer la libertad y el compromiso. No podemos seguir pensando que “otros” –pongan el nombre que sea– arreglarán nuestros problemas. Somos responsables de su solución. Como adultos. Porque papá es un lobo para el niño. Y la democracia, como el amor, como el presente y los proyectos vitales, se trabaja día a día.


Rosa María Artal es periodista y escritora

Ilustración de Enric Jardí

8 de enero de 2011

En el blog de Vicente Almazán

Esta semana, Vicente Almazán ha fotografiado a Luis Felipe y lo presenta en Mis adarmes precedido por la foto de otro amigo, el ilustrador David Vela. Aquí las imágenes y los comentarios de Vicente:










Enhorabuena, David! Primer premio en la Bienal Internacional de Caricatura y Dibujo Humorístico.
Ya lo decía en mis links de ilustración: David Vela, de los grandes!


http://davidblogcartoon.blogspot.com/2011/01/primer-premio-en-la-bienal.html








Y en esta calle, encuentro a, EL SILBO VULNERADO, Luis Felipe Alegre, quien acaba de representar, con Carmen Orte y Aloma Rodríguez, el recital poético sobre Miguel Hernández: "Rayo, viento y ausencia"






7 de enero de 2011

Antología de cuentos populares aragoneses, de Carlos González Sanz

Tomamos del blog de Antón Castro su entrevista íntegra ( Heraldo de Aragón publicó un extracto) a Carlos González Sanz.


FICHA: De la chaminera al tejao. Antología de cuentos populares aragoneses. Carlos González Sanz. Palabras del Candil. Guadalajara. 2 vols.


LITERATURA. El escritor y profesor Carlos González Sanz es uno de los grandes especialistas de la literatura oral. Acaba de publicar, en dos volúmenes, ‘De la chaminera al tejao. Antología de cuentos populares aragoneses’ (Palabras del Candil), escritos y contados en las tres lenguas de la Comunidad.


“Aragón aprecia a los contadores
de chistes y chascarrillos”

¿De dónde te viene la pasión por el cuento, que parece remontarse a más de dos décadas atrás?
Principalmente, de mi abuela materna, que llenó mi infancia de cuentos, leyendas, romances, cantares... De ella aprendí el amor y la experiencia que podemos transmitir contando cuentos. Desde otro punto de vista, si he acabado dedicándome a la recopilación y al estudio del cuento, sin duda, es gracias a las enseñanzas del profesor de la Universidad de Zaragoza Juan Manuel Cacho Blecua así como a los amigos y colegas folkloristas que he conocido a lo largo de estos años y en los que he encontrado siempre a personas de una extraordinaria generosidad. De todas maneras, es una pasión que no ha dejado nunca de crecer pues, aunque el estudio del cuento —el trabajo de campo principalmente— es una tarea muy dura, resulta al mismo tiempo extraordinariamente gratificante y se convierte en un continuo aprendizaje.

¿Qué debemos entender por cuentos folklóricos?
Esta pregunta es muy oportuna ya que, comúnmente, las recopilaciones de relatos populares suelen meter en el mismo saco cuentos, leyendas y hasta relatos que podríamos calificar simplemente como "historia oral", lo que genera una gran confusión. Esto se explica quizá por el hecho de que nuestra sociedad contemporánea ha tratado de apropiarse de todos estos tipos de discursos sin atender a la función que cumplían en tiempos pasados y valorándolos únicamente por su riqueza estética o como señas de identidad locales o nacionales. De ahí también que, personalmente, en mis trabajos recientes evite adjetivos como oral, popular o tradicional —que se quedan cortos para definir este género y que tienen unas connotaciones que me disgustan profundamente—. Por mi parte, considero —y sigo en esto a la mayoría de los expertos en la materia— que, dentro del Folklore, o mejor dicho de la Etnopoética, que es la rama que estudia las producciones artísticas de base verbal que la gente produce o reproduce de manera espontánea, los cuentos son los relatos ficticios que sirven, en general, como señala Josep M. Pujol, para reconciliar al niño o al adolescente, merced a la identificación con el protagonista, con el mundo que los rodea y con los enigmas y los inconvenientes de su inmadurez. Eso sí, el subgénero del cuento folklórico más vivo hoy en día, el cuento jocoso, es propio del folklore de los adultos y su función principal sería la servir de espita para descargar las tensiones que genera la vida en sociedad, poniendo en tela de juicio, gracias a la risa, determinadas instituciones sociales.

¿Cuál es la razón del título, evocado en un fragmento de un cuento? ‘De la chaminera al tejao’…
El título está inspirado en una de las fórmulas de cierre —con las que se da fin a un cuento contado— más frecuentes en Aragón. Hay muchas variantes, pero en general comienzan con "Cuento contado por / de la chaminera / chimenea al tejado". Una fórmula muy completa, recogida por Arcadio de Larrea en Huesa del Común, dice: "Cuentecico contao, de la ventana al tejao, / y del tejao a la calle, pa que no lo vea nadie, / y de la calle al coso, pa que no lo aprenda ningún mocoso". Este tipo de fórmula remite al contexto en el que se contaban los cuentos en un pasado reciente, esto es, generalmente en el hogar y en el entorno del fuego, y nos advierte de que el relato es efímero y ficticio o, mejor dicho, que no rige en él el valor de verdad o mentira. Es como si el narrador tuviese la necesidad de marcar los límites entre el discurso poético y la conversación ordinaria y lo hiciese haciéndonos ver que sus palabras se han escapado por la chimenea —o la ventana— como lo hace el humo.

Habías publicado muchas cosas de los cuentos populares. ¿Qué novedad aporta este volumen doble?
Había publicado recopilaciones de cuentos, o de distintos géneros del folklore, tomados de una sola persona o de un territorio, y también algunos estudios relacionados con la clasificación del cuento folklórico. Con el Archivo Pirenaico de Patrimonio Oral, asociación cultural que fundamos Javier Lacasta, José Ángel Gracia y un servidor, editamos un CD-Audio con una amplia selección de cuentos folklóricos y nos planteamos también editar una serie de CD-ROM con mi catálogo del cuento folklórico en Aragón, pero lo impidieron dificultades económicas. Así que esta obra es, por tanto, una especie de cierre a toda esta labor investigadora ya que nunca había podido reunir un repertorio completo que diera testimonio del acervo cuentístico de nuestra tierra. En todo caso, mi Catálogo tipológico de cuentos folklóricos aragoneses, presentaba ya un repertorio bastante completo de los tipos presentes en nuestro folklore, pero allí sólo se daba cuenta de la clasificación y la bibliografía existente para cada uno de ellos, así que era una obra destinada exclusivamente a especialistas.

¿Qué hay aquí exactamente, qué tipo de cuentos hay? ¿Por qué estas siete clasificaciones o tipologías y no otras?
Los subgéneros del cuento, con la excepción de los que denomino "Cuentos de brujas" —que es una aportación personal—, son los que establece el llamado Índice Internacional del Cuento Tipo, creado por el finlandés Antti Aarne y desarrollado luego por Stith Thompson y, recientemente —en el 2004—, por Hans-Jörg Uther. Si me permites la comparación, la tipología que propone este índice sería el equivalente en el mundo del cuento a la taxonomía que se usa en la Biología ya que, aunque ha perdido su valor como instrumento de estudio, es de aceptación general entre los estudiosos de este género lo que permite utilizarla para comparar repertorios, comprobar que un relato maneja motivos o tipos folklóricos, etc. Los subgéneros que establecen Aarne-Thompson y Uther son los Cuentos de animales, que serían la tradición popular de la fábula; los Cuentos maravillosos o de magia, conocidos comúnmente como "cuentos de hadas"; los Cuentos religiosos, protagonizados por personajes sagrados, como Dios, la Virgen, los santos...; los Cuentos-novela, semejantes por su complejidad a los maravillosos, pero con un tono realista; los Cuentos del Ogro estúpido, en los que un personaje débil, pero extremadamente astuto, vence a un Ogro o al mismo Diablo; los Chistes y chascarrillos, esto es, los cuentecillos jocosos, que son la parte más viva del folklore narrativo de los adultos, y los Cuentos de fórmula, generalmente simples retahílas acumulativas, con las que iniciamos a los más pequeños en el arte de narrar. Aunque la clasificación es básicamente temática, estos subgéneros parecen existir realmente en la conciencia de los narradores pues, como puede observarse, se dirigen a destinatarios de diferente edad y son contados en diferentes contextos y con distinta utilidad.

¿Podrían extraerse algunas conclusiones generales de la idiosincrasia aragonesa, perfiles generales? ¿Qué interesa más, cómo se manifiesta el aragonés? ¿Es el aragonés imaginativo o no, soñador, conceptista, burlón; etc.?
Creo que no. Es más, es una idea que rechazo por principio pues si algo se aprende del cuento folklórico es que es un lenguaje universal cuyos temas están presentes en territorios amplísimos, a veces en casi todos los continentes. En todo caso hay ciertos relatos especialmente frecuentes en Aragón, como el "Cuento de Medio Pollo", el de "La cabra montesina" o el cuento del "Zurrón cantor", este último en versiones que casi siempre vienen precedidas de una serie de cambios acumulativos que se conoce como el cuento de la guija, del bisalto o el garbancito. Pero todos son tipos presentes a lo largo y ancho de la Península Ibérica y de gran parte de Europa. También podría decirse que el aragonés aprecia especialmente al individuo chocante o ingenioso —no sé si será una herencia de Gracián— y son muchísimos los relatos en los que la agudeza y el ingenio tienen un papel fundamental, pero de nuevo se trata de una característica propia de lo folklórico. No se puede defender, por ejemplo, como hacía Andolz, la existencia de un tipo de humor altoaragonés ni mucho menos hacer pasar a ciertos chascarrillos, como hacían los escritores "baturristas", como relatos específicamente aragoneses. Se trata siempre en estos casos de cuentos de gran difusión —casi universal— y de un tipo de humor que encontraríamos en todos los cuentecillos jocosos de cualquier otra comunidad o nación. En todo caso, aquí hay un gran aprecio por quien es capaz de animar una velada o una fiesta con chistes, chascarrillos y sentencias agudas, pero nada más.

Casi a modo de compendio de lo anterior: ¿Qué es lo que más abunda? ¿Podría hacerse un retrato del aragonés casi como tipología también?
Insistiendo en lo dicho antes, no creo correcto extraer conclusiones de este tipo, aunque no ignoro que esa posibilidad existe continuamente en una sociedad en la que nos hemos apropiado del folklore antiguo o tradicional con fines identitarios. En Aragón sufrimos en su día un tipo de literatura costumbrista, o mejor dicho "baturrista", que creó una imagen tópica del aragonés que todos conocemos y que en muchos casos se ha llegado a asimilar, existiendo una cierta realimentación entre el folklore y esta tradición literaria. Sin embargo, el índice internacional del cuento tipo, como decía antes, permite comprobar fácilmente que relatos que se han usado para construir estos tópicos, como el conocidísimo de "A Zaragoza o al charco", tienen una amplísima difusión. Se podría decir —ya lo hice antes— que lo que más abunda son los chistes y chascarrillos, pero eso pasa en todos los lugares porque, como decía Maxime Chevalier, estos relatos eran imprescindibles para sobrellevar la dureza de la vida en una sociedad agropecuaria, siendo además narraciones muy sencillas que cualquiera puede improvisar en cualquier momento, al contrario que los cuentos maravillosos, que exigen un narrador muy dotado.

Vayamos con los cuentos de animales. ¿Cómo podríamos caracterizarlos? ¿Qué relación tiene el aragonés con el animal?
Resulta fácil porque todos tienen una estructura semejante, muy adecuada, por cierto, por su carácter monoepisódico para iniciar a los más chicos en el arte narrativo. En ellos los animales alegorizan la conciencia humana y casi siempre nos ofrecen el enfrentamiento entre un animal fuerte y tonto y otro débil y astuto. Con un humor que suele faltar en la fábula, su mensaje siempre viene a ser el mismo: la victoria de la astucia y la inteligencia sobre la fuerza física. Por ello, aunque parece claro que en su mayoría son de origen oriental, se diría que recogen una visión del mundo propia de los pueblos cazadores para los que la artimaña o la trampa no implican, como en la épica, traición o deshonra. Por lo demás, de nuevo insistiría en que la relación entre el aragonés y el animal que puede deducirse de estos cuentos no es distinta a la que se daría en cualquier otro pueblo. Se podría destacar, en todo caso, el conocimiento muy preciso de las costumbres de los animales que aparecen en estos relatos, algo que prestigiaba al narrador en la antigua sociedad agropecuaria.

Hablemos de los cuentos maravillosos. ¿Cómo son, en que líneas o contextos se desarrollan?
Al contrario que los anteriores, los cuentos maravillosos —conocidos comúnmente como cuentos de hadas— tienen una estructura bastante compleja que exige un narrador muy dotado. Como su nombre indica, en ellos siempre aparece la magia o lo maravilloso a través de donantes u objetos mágicos que ayudan al protagonista a salir victorioso. En este caso, como demostró Bruno Bettelheim, cumplen la función de ofrecer proporcionar a nuestros niños y jóvenes claves simbólicas con las que podrán afrontar con éxito —conjurando el miedo y la incomprensión— los conflictos personales en los que se verán envueltos a lo largo de su etapa de crecimiento y desarrollo como personas. No es extraño que Mircea Eliade dijera de ellos que perpetúan en nuestro tiempo una suerte de iniciación en un plano simbólico y, en efecto, sus protagonistas experimentan un crecimiento personal y, a menudo, recorren un camino en el que se reproduce el viaje hacia el otro mundo —el Castillo de Irás y no Volverás o destinos semejantes— tal como se describía en religiones o mitologías de una antigüedad remota, como la egipcia o la griega.

Destácame alguno…
A mí  siempre me ha gustado especialmente el cuento de Medio Pollo por su tono carnavalesco y por el enfrentamiento de su estrafalario protagonista con el poder, simbolizado en el rey o en el dueño de la casa en la que se aloja en su episodio final. No es el tipo de cuento de hadas en el que la gente piensa frecuentemente; pero ocurre que en el folklore, como señala la antropóloga Dolores Juliano, los cuentos maravillosos más comunes no son precisamente los que ha popularizado la literatura infantil o el cine, que han buscado aquellos temas o relatos que permiten reproducir los valores y la estructura social dominante, como ocurre en "La bella durmiente" o en "Cenicienta". Al contrario, entre los cuentos folklóricos más contados por la gente —generalmente mujeres de cierta edad— predominan los que ponen en tela de juicio las estructuras de poder y transcriben simbólicamente las preocupaciones y tensiones a los que están sometidos sus narradores; de ahí que los protagonistas, aparentemente débiles o desfavorecidos, venzan al poderoso o salgan triunfantes gracias a la solidaridad, la cooperación, la generosidad, etc.

¿Cabría decir que Aragón es tierra de brujas? ¿Qué significa la bruja, cuál es su valor simbólico?
Podría decirse siempre y cuando no se quiera decir con ello que lo es en mayor grado que otros territorios, en los que, sin duda, la bruja es también uno de los personajes más frecuentes del folklore. En cuanto a su valor simbólico, depende estrechamente del tipo de discurso en el que se inserta. En las historias orales o las leyendas —que no se recogen en este repertorio— la bruja es la "que da mal" y provoca verdadero terror —he conocido personas que se negaban a hablar de estos temas por ello—. En el cuento maravilloso, sin embargo, es frecuente la bruja como donante mágica, heredera según Propp de ciertos personajes míticos femeninos propios de culturas y sociedades anteriores a la nuestra, como la señora de los animales. Incluso cuando actúa como antagonista —reflejando una inversión de valores que se produjo con la transformación de esas sociedades y la imposición de un orden patriarcal— la bruja del cuento es mucho más amable y cercana y puede ser derrotada. En los que yo denomino "Cuentos de brujas", siguiendo una propuesta que en su día hiciera Ralph S. Boggs, se observa por fin una especie de parodia de los discursos elaborados durante la época de la persecución de la brujería al inicio de la Edad Moderna. En ellos el narrador parece burlarse de la imagen estereotipada del aquelarre, como misa negra y nos presenta al Diablo o a las brujas como personas que uno puede encontrarse a la vuelta de la esquina en situaciones que pueden llegar a ser desternillantes.

¿En qué consisten los cuentos novela?
Por decirlo de manera muy sencilla, serían el equivalente, por su complejidad, de los cuentos maravillosos, pero con un tono realista —que no excluye, a veces, la carnavalización de temas del cuento de magia—. En ellos, tiene un papel preponderante el ingenio —son frecuentes los enigmas, las adivinanzas, las respuestas agudas y las pruebas resueltas astutamente—, y se reflejan fielmente las formas de vida y las instituciones de las sociedades agrarias, muy en particular, como señala Rodríguez Almodóvar, la propiedad privada y el matrimonio exógamo, presentes en casi todos sus argumentos.

Me ha llamado mucho la atención ‘El pastor enamorado’.
Pues la verdad es que este cuento, que recogió en su día Arcadio de Larrea en Belchite, es un relato muy peculiar, que no resulta fácil de clasificar pues tiene elementos propios de los cuentos-novela y de los cuentos jocosos. De hecho, si no fuera porque el protagonista al final obtiene el éxito, parecería más bien un cuentecillo jocoso de aquellos en los que se ridiculiza la imagen del tonto-literal. Pero como decíamos antes, refleja fielmente un problema al que casi todos tenemos que enfrentarnos, como son las dificultades para entablar una relación y seducir a la persona de la que nos hemos enamorado.

Hay otro epígrafe sobre los cuentos de ogro estúpido. ¿Serían una variación del ome grandizo?
Más bien habría que decir que el Ome grandizo, que no es sino una versión del relato homérico del enfrentamiento entre Ulises y Polifemo, es un característico cuento del ogro estúpido. En estos cuentos, semejantes a los de animales, pero con personajes humanos, nos encontramos con un protagonista que recuerda al héroe civilizador, al Trickster del que hablan los antropólogos, esto es, el personajillo astuto y tramposo que se burla del Ogro o del mismísimo Diablo, que aparecen caracterizados como unos fortachones bastante estúpidos.

¿Cuál es el cuento qué más le ha conmovido?
Serían varios, quizá el que más, el cuento que comúnmente se conoce como del "zurrón cantor", del que en la antología aparecen dos versiones, entre las que destacaría la titulada "De un bisalto a una gallina", que recogí personalmente de boca de Encarnación García, una mujer natural de Montón de Jiloca.

¿Cuál es el más inquietante?
Quizá el conocido como el "Cuento del enebro", según el título de la versión de los Grimm, del que se recogen en la antología una versión de Belchite, recogida por Larrea, titulada "El Periquitico" y otra de Mequinenza, recogida por Hèctor Moret y titulada "Marieta i Josepet Julivert"

¿Cuál, dirías, que solo podría ser aragonés?
Yo diría que ninguno. No creo que haya cuentos que sean propios exclusivamente de un pueblo.

¿Por qué hay tantos cuentos en catalán, casi más que en castellano, y en aragonés? ¿Es una vindicación de las tres lenguas?
No es más que una consecuencia de la existencia de estas tres lenguas, de manera que más que de vindicación habría que hablar de testimonio. De hecho, si hay tantísimos cuentos en catalán es, simplemente, porque con diferencia, las comarcas de la Franja son las que se han estudiado de manera más intensa y sistemática en Aragón. Me explico: el proceso de elaboración de esta obra parte de mis trabajos de catalogación del cuento folklórico en Aragón y lo que he pretendido es ofrecer al menos un ejemplo de cada uno de los tipos del índice internacional constatados en nuestra tierra, resultando que muchos de ellos lo han sido gracias a las magníficas campañas de encuestación realizadas en los territorios aragoneses de lengua catalana que, eso sí, han mostrado una riqueza en cuentos folklóricos sorprendente, que, según Fulvia Caruso, podría deberse, paradójicamente, a la situación de diglosia en la que se encuentra esta lengua, lo que ha favorecido el mantenimiento de la sana costumbre de contar cuentos. Quizá alguien pueda plantearse si estos tipos sólo constatados en este territorio forman en realidad parte del folklore catalán, pero, como decía antes, esto sería un error pues casi todos ellos están también difundidos en el folklore hispánico y europeo en general. El problema de fondo es que existen grandes territorios aragoneses en los que no se han realizado campañas de encuestación —y quizá ahora sea ya demasiado tarde—. Para que nadie me malentienda, aunque el aspecto lingüístico era para mí totalmente secundario, me agrada el resultado final porque da cuenta de la riqueza de nuestro patrimonio en este aspecto. Sin embargo, la desproporción en el número de cuentos en catalán debería hacernos pensar en lo poquito que ha preocupado en Aragón el estudio sistemático de las comarcas castellanoparlantes, con pocas excepciones llevadas a cabo con gran esfuerzo y escaso apoyo institucional.

¿Cuáles serían las fuentes, los orígenes de los cuentos?
Esta pregunta daría para una tesis doctoral y lo cierto es que se trata de un asunto muy complejo, que dio lugar a debates en el pasado en los que se discutía entre la opción de la poligénesis —como explicación de la difusión casi universal de los temas del cuento— y un origen geográfico y cultural concreto. Sin duda el origen debe de ser muy antiguo en todos los casos, pues de otro modo no se explicaría ese carácter universal del cuento folklórico; pero quizá sea mejor referirse a las raíces de cada subgénero o tema en particular. Por ejemplo, parece claro que los cuentos de animales —y quizá muchos otros—, tal como defiende María Jesús Lacarra, es oriental, habiendo pasado de los repertorios de ejemplos usados por los budistas a las tradiciones árabe y hebrea y, a través de España, a los repertorios de exempla medievales. Eso no quita para que al mismo tiempo se observe una coincidencia entre ciertos ciclos de cuentos de animales del norte de Europa y el Mediterráneo, lo que nos hablaría de una tradición paralela de un origen tan remoto como los relatos creados por pueblos cazadores-recolectores. Por otra parte son muchos los cuentos maravillosos que se dirían directamente inspirados en el Libro de los muertos egipcio y otros que parece versiones populares de mitos griegos. Propp estudió en particular las raíces históricas de este subgénero y concluyó que el origen de los temas presentes en estos cuentos no estarían en los mitos a los que se asemejan sino en los rituales que les dieron origen y además en el propio momento en que tales rituales de carácter iniciático —propios de lo que él llama religión silvestre— perdieron su valor, lo que explicaría la inversión y el desplazamiento de estos temas en el cuento. Quizá, sin embargo, lo más acertado sea considerar al cuento como un discurso que se ha ido formando y adaptando a lo largo del tiempo con continuas aportaciones que, como los estratos geológicos se superponen o entremezclan. De ahí que, por ejemplo, en los cuentos jocosos se registren personajes e instituciones sociales muy cercanas a nosotros como son el cura, el alcalde, el rey, el cazador exagerado, el matrimonio mal avenido, etc.

Carlos González Sanz


 Carlos González Sanz, o Carlos Bozalongo, publica este blog: http://casavigo.wordpress.com/